Monday, March 10, 2008

Los dibujantes de Variedades, revista semanal ilustrada


La mítica revista Variedades cumple 100 años. Para tal ocasión el diario El Peruano ha lanzado el día de hoy un número especial reuniendo diversos textos sobre los más distinguidos colaboradores y hechos de esta publicación.
Por mi parte publico en el mencionado número especial un par de textos sobre los ilustradores de Variedades y la presencia de Martín Chambi en sus páginas. Aquí posteo ambos artículos con la atención de que el primero está en su versión completa. Los margenes y límites de las publicaciones periódicas son muchas veces tan reducidos que los editores tienen a bien sacrificar partes que todo autor, considera finalmente de importancia para su texto.

El espíritu de la época
De jueves a jueves, durante las primeras décadas del siglo XX, la revista Variedades llegó a cientos de lectores. Una vez a la semana ofrecía en sus páginas un nuevo repertorio de imágenes e ilustraciones a través de las cuales la culta sociedad limeña podía verse reflejada, o incluso, reírse de sí misma. Hoy, como en un túnel del tiempo, Variedades y todo el arte gráfico que la involucra nos permite retornar la mirada hacia una de las más prometedoras etapas de la historia nacional.
Por: Daniel Contreras M.

El espíritu de la época. Ya en esta frase –eslogan aparecido en la portada de diversos números durante 1930– los creadores de Variedades parecían vaticinar lo que su trabajo representaría muchos años después. Considerada en aquel entonces como la publicación peruana por excelencia, hoy Variedades es una revista convertida por meritos propios en un valioso documento de la historia comprendida en el llamado oncenio del presidente Augusto B. Leguía.
Incluso, precursora del formato magazín que actualmente impera: el despliegue a través de secciones de actualidad, opinión, notas sociales, policiales, de belleza, deportes, internacionales y culturales. Pero sobre todo, poseedora de una visión ácida del momento político a través del humor, receptora de toda aquella sátira periodística que imperó en las publicaciones peruanas desde finales del siglo XIX.
El espíritu de una época. De su imagen, podríamos añadir. Y es que Variedades, desde el primer ejemplar aparecido en 1908, apostó por ser un espacio abierto al arte cuando la cultura no era la quinta rueda del coche.
Con una brillante antecesora como la revista Prisma –que sólo duró un par de años– y concientes de que la noticia con imagen entra, los diversos ilustradores que Variedades tuvo dieron forma en sus páginas couché a un discurso propio, a un estilo que marcó la pauta desde la utopía modernista de aquellos años amparándose bajo las orlas del art nouveau (desde su floreado y avitralado logo) lo que guiaría, incluso, su visión más nacionalista.
Se trata, pues, de una larga historia para pocas líneas. Una historia de un poco más de dos décadas a través de las cuales desfiló por las páginas de Variedades lo mejor de la ilustración peruana: artistas realizando caricaturas y todo tipo de ornamentos.

Sátiros (y sátiras) del dibujo
Cada ilustrador de Variedades es una galaxia distinta en el vasto universo de su ágil diagramación. Aquí repasaremos las más fulgurantes. Como el autodidacta arequipeño Julio Málaga Grenet (1886-1963) procedente de tres experiencias importantes: el semanario Actualidades, Ilustración Peruana y la mítica Monos y Monadas, donde fue director artístico.
Socio de Leonidas Yerovi y maestro de Abraham Valdelomar en el dibujo, llega a Variedades a los 22 años convertido en todo un satiroide del plumín y un trazo émulo de Honore Daumier. A cargo de deslumbrantes portadas (cómo la del primer número titulada Mascarada política) en tonos de tres colores y la esperada sección Chirigotas, Málaga Grenet definirá la presencia visual de la revista a través de sus acualeras, sus líneas delgadas y el énfasis en rostros y gestos, estilo que pronto recibiría la acogida del lector. Su alejamiento, año y medio después, ocurre cuando acepta ilustrar otro semanario, Figaro. Posteriormente y a raíz de sus ácidas caricaturas, la revista es cerrada y él obligado a emprender viaje a la Argentina.
Ya en 1912 encontramos colaboraciones de Málaga Grenet enviadas a Variedades desde el extranjero, exclusivas todas para la sección Página Semanal e ilustrando la publicidad de perfumes y chocolates.
Lápiz de artista“La caricatura como medio artístico, alegre y sugestivo, para expresar una situación, no como arma para herir o ridiculizar”. Es bajo este fundamento que Clemente Palma en su primer editorial asienta el norte de los ilustradores. Merecidamente es un artista, el cusqueño Francisco Gonzáles Gamarra (1890-1971), quien asume la posta de Málaga Grenet.
Singular historia gira alrededor de González Gamarra quien obtiene en 1909 el primer puesto de un concurso organizado por Variedades. Raúl Rivera Escobar, en el estudio introductorio del libro Caricatura en el Perú, recoge los detalles del hecho. El artista envió sus trabajos al evento y mientras pasaban las semanas de deliberación fue contratado para el plantel de ilustradores de la revista. Llegado el día del veredicto los sobres ofrecen la sorpresa de que el ganador era el trabajador de Variedades. Si bien no pudo cobrar el dinero del premio, fue elegido Triunfador Moral del Certamen.
Las portadas del prolífico González Gamarra, brillan en un clima de luz propia. Los personajes son captados en medio de sus mejores movimientos, casi teatrales, casi fotográficos sobre una escenografía de escasos y brumosos elementos.
Durante su estadía en Variedades, González Gamarra tendrá de compañero a un excelente ilustrador como es el trujillano José Alcántara La Torre (1893-1978), quien también daba imagen a otro producto de la empresa de Manuel Moral y Vega como fue el diario La Crónica.
Al dejar González Gamarra el plantel, rumbo a una reconocida carrera pictórica que incluyó la entrega de la Orden del Sol en 1928, Alcántara La Torre se encargaría de las portadas y la página de Chirigotas, creó la sección Cabezas (dibujos a lápiz de connotados personajes) e incluso publicó como poeta en la sección Musa Peruana, haciéndose él mismo la bucólica ilustración: “misteriosa y serena, como una flor dormida por un rayo de luna, así vas por la vida”.
Poseedor de un trazo firme y decidido, opta por crear personajes achatados, utilizando muchas veces el recurso de infantilizar al objeto de su caricatura.

Siempre actuales
El que haya existido en Variedades una página llamada La Caricatura en el Extranjero, confirma el alto grado de información visual que poseían sus ilustradores. A sus manos llegaban radicales publicaciones como Simplicissimus, la Luna de Turín, Puck, Humoristicke-Listy, Le Rire, Punch, Caras y Caretas, Kikerike o Lustige Blatter, entre otras.
Quizás por ello el estilo tan singular del historietista limeño Pedro Challe (1882-1959). De nervioso y estallante trazo, Challe se encarga muchas veces de las portadas, así como de las secciones La Semana Cómica y Rasgos y Rasguños. Alrededor de 1924 presenta su Mataperradas de Gordete y Calambrito, que es todo un éxito junto a sus trabajos en la serie Diccionario de la Lengua Castellana y el Epistolario ilustrado.
José Luís Caamaño, quien ingresó a Variedades en 1910 proveniente de Gil Blas y El Fígaro, entrega dos años después una extraordinaria serie de publicidades ilustradas para establecimientos como la Antigua Botica Francesa o la casa de pianos de Guillermo Brandes. Challe, desempeñaría en ocasiones similar papel.


Historias paralelas
Injusta con esta historia son los límites de espacio. Necesario para hacer justicia sería explayarse sobre la labor en Variedades de Raúl Vizcarra, autor de las ilustraciones de la bien leída sección Cuentos Nacionales así como de los alucinados collages fotográficos que firmaba como R.V.
Vizcarra tuvo además un buen desempeño como ilustrador de libros. Basta mencionar sus cinco dibujos en 1923 para la primera edición de Fabla Salvaje, de César Vallejo o su labor para la edición argentina de Tradiciones peruanas, de Ricardo Palma en 1959, junto a otros artistas como el limeño Jorge Holguín de Lavalle (1894-1973).
Y es precisamente éste último quien desde inicios de 1912 trabajó en Variedades bajo el seudónimo de Zotillo. Imprescindible es también mencionar al gran Arístides Vallejo con un estilo que nos recuerda a Félix Valloton y que formó parte de los Independientes, grupo de artistas liderados por José Sabogal.
Ernesto Bonilla del Valle, F. Caldós, E. Apesteguía, Eladio Limaco, Carlos Raygada y Augusto Madueño son también nombres que dieron vida a las páginas de la revista.
Muchos son los motivos por los que Variedades caló hondo en el imaginario del lector peruano. Noticia e ilustración. Ilustración y arte. Cada ejemplar que sobrevive hasta nuestros días requiere ser considerado como el rastro y el rostro de la historia. Cada dibujo, cada orla, representa lo que fuimos antes del curso de los años. Nos cuentan lo que ansiábamos ser un día. La utopía de una nación, la excelencia de ser peruano. La marca de una época.

El poderoso lente de Martín Chambi en Variedades

Reportero andino
Una faceta poco conocida de Martín Chambi es su experiencia en el fotoperiodismo. Decenas fueron las imágenes que de la cámara del maestro puneño salieron en largo viaje hacia la redacción de Variedades. Notable aporte a la historia gráfica peruana.
Por: Daniel Contreras M. 
Era casi inevitable que el joven puneño Martín Chambi (1891-1973), discípulo en Arequipa del gran maestro Max. T. Vargas, no estuviera interesado en remitir sus fotografías a Variedades, una de las revistas de mayor prestigio durante las décadas de 1910 y 1920. Incluso, el mismo Vargas, era corresponsal suyo.
Así las cosas, el semanario Variedades inició hacia 1918 la publicación de las vistas que aquel fotógrafo de provincia tenía a bien remitir. El equipo periodístico encabezado por Clemente Palma recibía con agrado estas imágenes costumbristas destinándolas, la mayor de las veces, a ilustrar los artículos del intelectual cuzqueño Carlos Ríos Pagaza, autor junto a Rafael Larco H. y Luís E. Valcárcel del libro Cuzco Histórico publicado por la misma casa editora de Variedades en 1934.
Se cuenta que el entusiasmo de Chambi en sus envíos era notable, tanto que llegó a remitir tal cantidad de fotos que muchas no llegarían a ser publicadas. El Nadar del Cuzco –pues ya se había mudado a esta ciudad de manera definitiva– se convirtió así en reportero grafico de Variedades y del diario La Crónica, ambas propiedades de la empresa del también fotógrafo Manuel Moral y Vega.
En las brillantes hojas couché del semanario, decenas de fotograbados mostraban nítidamente el acontecer nacional. Detalle singular es que la mayoría de las veces aparecían sin crédito, más no así las de Chambi y las de otros excelentes corresponsales como eran Max T. Vargas y Figueroa Aznar, dejando en claro el visionario respeto que la casa editora tenía para sus trabajos.
Es el fotógrafo Herman Schwarz, quien mejor ha estudiado esta etapa y escrito artículos al respecto. Por ejemplo, tras una minuciosa búsqueda, pudo establecer el nombre del personaje y la fecha correcta de la foto más celebre de Chambi: El Gigante de Paruro. Para empezar, se llamaba Juan de la Cruz Sihuana y la foto no fue tomada en 1932 como se creía, sino en 1925 y publicada en La Crónica un 4 de octubre.
Entre 1918 y 1927 Chambi fue colaborador grafico de Variedades. Noticias de actualidad, curiosidades, tragedias de aviación o de la naturaleza figuran entre sus envíos. Sin dejar de lado la exaltación de la raza, característica notable de quien es hoy uno de los grandes fotógrafos del mundo.
(Publicado en Variedades, suplemento de El Peruano. 10 de marzo de 2008)