Sunday, July 27, 2008

SOBRE LA GESTIÓN DE BAKULA EN EL INC - NOTA DE LA REPÚBLICA

Los cruzados de Bákula en el INC
Por Enrique Patriau /
Fotos: Melissa Merino

En el Instituto Nacional de Cultura (INC) no solamente se vive una avanzada cultural. También una Avanzada Católica. Así, con mayúsculas. AC es una organización religiosa –el brazo laico de Pro Eclessia Sancta, organización fundada en el Perú por el padre español Pablo Menor– y a la que se le suele ubicar muy cerca del Opus Dei por su exacerbado conservadurismo.
Pues bien, la directora del INC, Cecilia Bákula Budge, pertenece a AC. Hasta ahí, todo muy bien. Cualquiera es libre de vivir su religiosidad como mejor le parezca. Lo curioso es que Bákula no es la única integrante de AC que actualmente se desempeña en la entidad encargada de conducir la gestión cultural en el país.
Javier Ugaz Villacorta, director de Gestión –el número dos del INC en términos prácticos– es también miembro de AC. Abogado, fue convocado por Bákula. "Una persona de mi absoluta confianza", resalta la historiadora en entrevista concedida a DOMINGO.
Cecilia Bakula

Como también goza de toda su confianza Juan de Dios Arenas Montellanos, jefe de la Oficina de Administración Documentaria, otro miembro de AC y que llegó al INC durante la gestión de Bákula. "Quien ocupaba su puesto durante la administración anterior (del arqueólogo Luis Lumbreras) renunció a su puesto y entonces llamé a Juan de Dios, que había sido jefe de trámite documentario en el Banco Wiese", declara Bákula.
¿Hay más? La respuesta es sí. De hecho, la propia Bákula –aunque sin dar nombres– admite que debe haber "unos cinco" integrantes de AC trabajando hoy en día en el INC. Eso siendo modestos, porque las personas a las que entrevistamos para elaborar esta nota –todas relacionadas directamente con el instituto– han coincidido en lo siguiente: AC ha conseguido tomar muchos espacios dentro del INC. La pregunta cae sola: ¿Por qué Cecilia Bákula lleva a trabajar con ella a personas que no tienen experiencia en gestión cultural, pero con las que comparte la misma tendencia religiosa? ¿No existe ahí un obvio conflicto?
"Lo confesional no es malo. Ni obliga a pensar de una manera poco transparente. Si yo tuviera la potestad de enamorar al mundo entero para la causa (de AC) sin duda lo haría, pero no hago labor proselitista porque no me corresponde. Y si pudiera tener a todo mi entorno, absolutamente a todo, con personas que además de ser profesionales tuvieran los valores que son necesarios, por supuesto que lo haría", responde Bákula a DOMINGO. Repetimos: cada quien es libre de vivir su religiosidad como mejor le parezca. Lo preocupante es que una organización como AC, conocida por su conservadurismo, gane posiciones en una entidad como el INC que debería ser ejemplo de apertura, pluralismo y tolerancia. ¿Qué efectos puede traer algo así? Ponemos un simple ejemplo. Enrique Hulerig, ex editor de la Gaceta Cultural –la revista institucional del INC–, recuerda el veto sobre el padre Gustavo Gutiérrez, a quien se le consideró inicialmente para que comentara un libro con la obra poética de Juan Gonzalo Rose durante su presentación, a inicios de este año. Según Hulerig, Bákula y personal cercano a ella terminaron oponiéndose a la iniciativa. En otras palabras vetaron a Gutiérrez.

CRÍTICAS SEVERAS
Con cipriani. Cecilia Bákula comulgando con el arzobispo Juan Luis Cipriani en la misa por el 14 aniversario de la fundación de Pro Eclessia Sancta y Avanzada Católica.
"Esta agrupación católica (AC) ha tomado muchos espacios en el INC y ya podemos hablar de que son los que marcan la política dentro del instituto. Y ahí sí tengo mis discrepancias", dice la historiadora Mariana Mould de Pease. Para Mould, que una gestión cultural sea exitosa implica que la dirección nacional del INC sea ejercida por una persona veraz, transparente, que propicie el libre acceso a la información, al conocimiento, al diálogo. En opinión de Mould, Bákula –a quien conoce bastante muy bien, desde que esta era una adolescente– no cumple con tales requisitos.
"Cecilia Bákula, en los dos años que lleva ejerciendo el cargo, ha exigido una sumisión absoluta a su voluntad", declara Mould. Y advierte que la directora del INC "pretendió engañar a la opinión pública" al desestimar públicamente las recomendaciones que la UNESCO hizo sobre la utilización turística de Machu Picchu, preocupada por los posibles daños ocasionados al monumento. "Esta flagrante manipulación de la verdad está registrada en los diarios de todo el mundo", dice Mould. Bákula responde y afirma que las observaciones de UNESCO no tienen que ver con el manejo de la zona arqueológica.

La historiadora Mariana Mould de Pease tiene razones para cuestionarla.

CAMBIOS MASIVOS
La historiadora Mariana Mould de Pease tiene razones para cuestionarla. El abogado Guillermo Rebaza ingresó al INC como asesor legal durante la gestión de Luis Lumbreras, pero a raíz de un entredicho se le rescindió su contrato, en marzo del 2007. ¿Qué ocurrió? Rebaza hizo circular un memorial manifestando extrañeza por el impedimento de entrada al INC de Manuela Trinidad Condorapa, una vendedora que llevaba más de cuarenta años visitando diariamente las oficinas del Instituto Nacional de Cultura. Eso no le gustó nada a Bákula. "Entonces encontró el pretexto para echarme", sostiene. "Soy uno más de una gran lista de despedidos del INC", añade.
Así, en el INC se habría optado por una política de cambios masivos. No obstante, según Rebaza, los reemplazantes son personas con "poca o nula" experiencia en patrimonio y gestión cultural. "No saben dónde están parados. Las dos grandes áreas técnicas (arqueología y patrimonio arquitectónico) están practicamente colapsadas", declara Rebaza.
De la misma opinión es Mariella Pérez, abogada especializada en patrimonio cultural y ex asesora legal del INC. Ella ingresó al instituto en 1998 y fue despedida el año pasado. "Cecilia (Bakula) fue mi profesora de museología y la tenía en buena estima. Por eso mi decepción es grande", sostiene.
Pérez calcula en unas 100 las personas que han dejado el INC durante la era Bákula, por lo menos en la sede principal, ubicada en el Museo de la Nación. "Seguramente me quedo bien corta", advierte. Una entidad pública que exige una preparación especializada, ¿no debería apostar por la continuidad de sus cuadros?
"Es una pena que se haya prescindido como si nada de personas que llevaban de 8 a 14 años de servicio. Hablo de arquélogos, arquitectos, abogados especializados, conservadores, curadores. Y los reemplazos no son conocidos para nada en temas de patrimonio cultural", declara.
Ante nuestra consulta, Bákula dice no saber cuántos profesionales que venían desde la gestión de Lumbreras ya no están hoy en el INC
"Eso no es lo importante, sino los resultados actuales. La gente que trabaja conmigo es muy eficiente", declara.

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