Thursday, June 05, 2008

El curador latinoamericano que conquistó Europa

Cuauhtemoc Medina fue curador de la Tate Gallery en Londres y ahora tiene una mirada global sobre el arte latinoamericano. "Es una región con identidad propia", advierte.
Por: Mercedes Pérez Bergliaffa

Cuauhtémoc Medina fue, hasta hace pocos días, el primer curador latinoamericano de la famosa Tate Gallery de Londres.

Convocado por arteBA para organizar las charlas de la feria, Medina, quien es además uno de los historiadores de arte más brillantes del mundo, es un viejo conocido de nuestro país. Viajero frecuente a las pampas, conoce bien la escena de arte local y la latinoamericana. Gracias a su puesto clave en la Tate, Medina también sabe de los secretos, alianzas y razones más poderosas y vedadas. No revela todo, pero sus palabras indican. Por eso artistas, historiadores del arte y curadores lo siguen y consultan como a una brújula que direcciona hacia el futuro, una especie de Nostradamus del arte latinoamericano. O un gurú.

A poquísimos días de haber finalizado su trabajo en la Tate Gallery, Medina hace en esta entrevista a Clarín un balance de todo este tiempo.

-¿Por qué no trabaja más en la Tate Gallery?
-Aunque el que tuve es un puesto diseñado para trabajar por un período de tres años, estuve seis porque fui quien lo inició (antes el puesto no existía). Los del museo necesitaban que me mantuviera allí hasta que la estructura estuviera fuerte y diseñada, para luego poder pasarlo a otra persona. Por lo que mi período está más que cumplido.

-¿Por qué piensa que la Tate Gallery lo eligió finalmente a usted (joven, mexicano y de clase media) de entre un grupo internacional de candidatos renombrados y de familias poderosas, para trabajar allí?
-A principios del año 2000, la Tate pensaba que era muy conveniente para ellos tener algunos miembros del equipo curatorial que no estuvieran profesionalizados por la Tate ni radicados en Londres. Esto se debía a que es muy evidente que el mundo del arte ya no está centralizado, que no hay una estructura de capitales con radios sino que es multifocal, descentralizada. Por eso era imprescindible para una institución como esa empezar a imaginar cómo opera globalmente el mundo del arte. Y por otro lado, pensaron en lo peculiar del circuito latinoamericano. Con frecuencia los latinoamericanos críticos, artistas e intelectuales afirman que Latinoamérica no existe. En cambio, yo creo que tiene una fuerte existencia regional.
-Latinoamérica tiene una existencia regional importante, ¿en comparación con qué?
-Con Africa o con Europa, por ejemplo. Europa no existe como una región artística.
-¿Qué es necesario para que se forme lo que usted llama una región artística?
-Se necesita un circuito de instituciones que se mezclen en distintos planos en torno a un tema, o que participan de ese tema. Museos y colecciones específicas, instituciones de enseñanza que ven a Latinoamérica como un territorio de investigación y docencia; un circuito de críticos y curadores que está completamente unificado (lo que yo llamo a veces el "latinamerican travelling circus" ("el circo viajero latinoamericano"). Las bienales, como la de la Habana, y la necesidad de interacción con el circuito internacional que tenía el arte latinoamericano, hicieron que terminara de solidificarse, así como la formación de colecciones de arte latinoamericano privadas.
-¿Qué era lo que todas estas puntas de la red que constituían la "región artística latinoamericana" decían?
-Discursos de oposiciones y de modelos. Argumentaciones. Por ejemplo, la que dice que en arte, la tradición latinoamericana fundamental es la constructivista; o la figuración de la contestación post-lírica; o la estatización de la favela. Y la noción de que "de adversidades vivimos". O la oposición permanente de una especie de pop post-moderno y latino.

-¿Qué consecuencias tuvo esto para el arte latinoamericano?
-Que el arte latinoamericano fuera en un momento una categoría conceptual y que ahora sea más un circuito institucional. Por ejemplo, a mediados de los años 80, en el mundo se había construido una estructura de exclusión por parte del arte moderno y occidental. Un grupo de países mostraba la dominación de la narrativa por parte de sus instituciones. Eran países que tenían que ver con la OTAN, como Europa y Estados Unidos.
-Entonces, ¿cómo fue el arte mundial hasta los años 80?
-Hubo una hegemonía cultural de este grupo desde la posguerra, una serie de exhibiciones en el Atlántico norte eran el centro de referencia. Pero eso cambió.
(Publicado en Ñ, revista de cultura del diario El Clarín.
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