Una exposición pone de manifiesto la esencia de la fotografía en el Perú
El instante cautivo
Nuevas luces para la fotografía peruana. Parte del legado visual proveniente desde los albores hasta las nuevas tendencias de la imagen en el país, tienen a partir de la fecha cabida en el lugar apropiado. El Museo de Arte de Lima abre su nueva –primera y única en el Perú – Sala de Fotografía, con una importante selección histórica.
Una ambiciosa y extensa selección de imágenes es el primer proyecto con el cual el Museo de Arte de Lima abre las puertas de su nueva Sala de Fotografía. Un paso clave en la transformación de las distintas precariedades que caracterizan la difusión y la custodia de los archivos visuales en nuestro país.
El instante cautivo
Nuevas luces para la fotografía peruana. Parte del legado visual proveniente desde los albores hasta las nuevas tendencias de la imagen en el país, tienen a partir de la fecha cabida en el lugar apropiado. El Museo de Arte de Lima abre su nueva –primera y única en el Perú – Sala de Fotografía, con una importante selección histórica.
Una ambiciosa y extensa selección de imágenes es el primer proyecto con el cual el Museo de Arte de Lima abre las puertas de su nueva Sala de Fotografía. Un paso clave en la transformación de las distintas precariedades que caracterizan la difusión y la custodia de los archivos visuales en nuestro país.
“Una plataforma para continuar ampliando nuestros conocimientos, para renovar los debates y generar nuevas investigaciones”, en palabras de Natalia Majluf, directora del MALI y curadora junto al crítico de arte Jorge Villacorta de la inaugural muestra.
En esta ocasión, una de las tradiciones artísticas más ricas y complejas del Perú contemporáneo es desplegada en un saludable esfuerzo que reúne y vincula la producción desarrollada en nuestro país desde la llegada del daguerrotipo en el siglo XIX, hasta lo más actual de la técnica fotográfica.
De Eugenio Courret a Fernando Garreaud; de Martín Chambi a los Hermanos Vargas. De Carlos “Chino” Domínguez a Philippe Gruenberg, un cargamento visual donde son muchos más, e igual de valiosos, los nombres que trascienden en el papel fotográfico de esta historia. Acervo e instantes cautivos que desde 1958 a la fecha el MALI ha venido acogiendo a través de importantes donaciones e investigaciones realizadas.
Así las cosas, una década de ordenamientos sobre ese archivo, a cargo de decenas de críticos y fotógrafos podrá ser apreciada rotativamente en este espectacular espacio. Y custodiada en depósitos que cumplen con las más exigentes normas internacionales de conservación.
El Museo de Arte de Lima, ha colgado en las paredes de la Sala Juan Bautista y Carlos Verme, decenas de ventanas que dan a la historia. Puertas y puentes a una tradición vigorosamente perenne. Resguarda la memoria del país y nos la ofrece como receta contra el olvido.
(Suplemento Variedades, diario El Peruano, viernes 1 de setiembre 2006)
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