Aproximadamente hacia 1840 llegaron al Perú los primeros fósforos. Y ocho años más tarde la masificación de su uso era evidente. Ya para 1866 existían en el Callao fábricas como La peruana y La luciérnaga fundada en 1899. La marca El Sol tenía su sede en el chalaco Chuchito. De igual manera en 1892 nace la Fábrica de Fósforos.
De pronto, una sutil abundancia de marcas. Hasta que en 1926 se crea la CIA de Fósforos del Perú mediante ley firmada por Leguía y prohibiendo el uso de otras marcas y encendedores a fin de hacer única la venta de la oficial: La llama. Ese genial encuentro de homónimos.
Así las cosas, el contrato firmado por el Perú y la Svenska Tandstiks Aktiebolaget de Estocolmo especificaba como único producto legal las cajitas de borde marrón y diseños precolombinos que hasta hoy conocemos, además de incluidas las siglas SMC (Swedish Match Co.).
Y claro, la famosa llama de pelaje oscuro parada solitaria sobre una loma, bajo un cielo amarillo y nubes rosas y heladas montañas azules. Y aquí un dato que varios deben saber: se afirma que el autor del popular auquénido es José Sabogal, nuestro conocido pintor indigenista a quien le habría sido encargado dicho trabajo.
La pequeña caja aún sigue produciéndose a cargo de la Cia. Nacional de Fósforos La Llama S.A y tiene el valor de 20 centavos. La llamita ha sufrido varias malas copias que la hicieron muchas veces parecer a un camello, mismo Joe Camel. Hoy una nueva versión intenta acercarse lo más fielmente posible a la original.
5 comments:
felicitaciones, es una muy buena iniciativa. saludos, m.
Gracias M. angel, suelo visitar tu blog, es muy interesante y llena en parte el vacio crítico, informativo y reflexivo que suele invadirnos.
saludos
daniel
excelente post
acabo de descubrir tu blog
saludos
OK. Gracias Diego.
Es casi como el escudo nacional
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