Thursday, August 10, 2006

Pinturas de Polanco en el C.C. Inca Garcilaso

La mirada infrarroja
Colección del artista es el preciso recuento de la obra de Carlos Enrique Polanco hoy expuesta en la galería del Centro Cultural Inca Garcilaso. Una selección muy personal donde la ciudad y su gente se vuelven óleo mediante el filtro de su particular estilo. Una propuesta osada y de largo recorrido en la plástica peruana.
Por: Daniel Contreras M.


“Mirada infrarroja que descubre bajo la banal realidad lo oculto, lo precioso”.
Julio Ramón Ribeyro acerca de C. E. Polanco


Más de 20 óleos han abandonado su lugar habitual, el hogar del pintor Carlos Enrique Polanco (Lima, 1953). Atravesando la misma ciudad que les sirviera de modelo e inspiración, las pinturas actualmente forman parte de la exposición Colección del artista, inaugurada el miércoles en el Centro Cultural Inca Garcilaso del Ministerio de Relaciones Exteriores.
“Lima está allí sólo porque Dios existe”, afirma Polanco en un aparte de la galería refiriéndose a la añeja arquitectura de nuestra ciudad, eje también de su producción. A continuación deja entrever solo uno de aquellos temores que compartimos los limeños: “Espero que no suceda un terremoto inmenso y se lo baje todo”. Es verdad, cuantas pérdidas humanas, cuanto patrimonio mermado.
Así las cosas, hoy los Barrios Altos, el Rímac, el Centro Histórico, las zonas más tradicionales y vulnerables de Lima siguen vibrando ante nuestros ojos. Temblor de colores y choques culturales emergen de los cuadros de Polanco quien desde la década del 80 y tras su largo viaje a la China asume una postura expresionista. Y un cromatismo alucinatorio cercano a la obra de otro maestro, David Herskovitz.
“Observo todo a partir de mi trabajo sobre la ciudad y veo más el deterioro que la transformación”, agrega el pintor que ahondaría en la urbe de la mano de artistas como Víctor Humareda al ingresar a la Escuela Nacional de Bellas Artes.
Pero aún sabiendo las causas del problema, lo urgentemente radical de una pronta solución de habilitación urbana y el escaso interés de las autoridades encargadas, Polanco evita pesimismos sobre la capital, como aquel que enarbolaba Julio Ramón Ribeyro y quien dedicara al pintor la recordada frase: “Lima de mis amores y de mis odios. Quién cantará tu visible fealdad y tu secreta belleza”.
“Dicen que van a restaurar la Quinta Heeren, ojala sea cierto pues es necesaria una recuperación total y por algo se empieza. Lima tiene 500 años de fundada, es longeva, rica en todo, y vaya como le vaya tiene para rato”, comenta mientras recorre con la vista su exposición y agrega un honesto: “espero”.


De vuelta al barrio
Por su obra lo reconoceréis. Bajo el cielo de pocas estrellas de una Lima nocturnal, un par de prostitutas se desabrigan frente a los colores y la luz oscura de un edificio en la avenida La Colmena. Se suman un cine porno de barrio, el bulín Tropical Club, la Alameda de los Descalzos y su estirpe colonial.
El río, el Puente de Piedra y el de Los Suspiros, el quinceañero de la vecina, la reina de un colegio, domingo en el parque.
Y como si no ignorara el vínculo extremo de nuestra ciudad con las letras, los referentes de esta selección tienen mucho de literarios. Por eso Martín Adán emerge gaseoso, fantasmal por el camino multicolor de los jardines del Larco Herrera. Y Malcolm Lowry hace lo suyo botella en mano a las puertas del atropicalado Bar El Farolito.
“En realidad no hay una temática precisa que agrupe a estas pinturas realizadas a partir del año noventa. Más bien su valor radica en que me pertenecen, son parte de mi colección particular. Son esos cuadros que por un motivo u otro han ido quedándose con uno, sin querer partir”.
Las fuentes de Polanco se basan en la realidad, pero el producto es surreal, sobre todo si pensamos en nuestra gris Lima contrastada con su paleta. Precursor de ese pop que deviene último en llamarse “achorado”, el valor de Polanco es no haber perdido la mirada. Continuar con esa sinestesia que convierte el caótico lenguaje de la realidad en colores. Él nos traduce en cromatismos radicales.


“En mi caso el color no tiene que ver con el tema que estoy tratando, sino que ha ido evolucionando a la par que mi pintura, es decir, ligándose a mi aprendizaje del día a día. Y es que no soy un pintor de cambios, pero sí de evoluciones dentro del expresionismo”, enfatiza.
Ya en 2004 el ICPNA le organizó una gran retrospectiva catalogada como la mejor exposición del año. Hoy con esta nueva propuesta se inicia para Polanco una muestra itinerante que recorrerá varias ciudades del Perú y del mundo. La mirada infrarroja se prolonga más allá de lo evidente.
(((Recuadro)))
Colección del artista
Pinturas de Carlos Enrique Polanco
Centro Cultural Inca Garcilaso. Jirón Ucayali, 391, Lima.
Abierta al público hasta 27 de agosto
(Identidades, suplemento Variedades, El Peruano. Viernes 11 de agosto de 2006)

1 comment:

Leo Zelada said...

Saludos Daniel,

No sabia de tì desde hace años.Me alegro que te hayas animado a sacar tu blog.Te seguire.

Un abrazo desde Madrid mi ciudad actual de residencia.