Alfred Eisenstaedt, fotógrafo y fotoperiodista, nació en Dirschau, el Oeste de Prusia (actualmente Tczew, Polonia) el 6 de diciembre de 1898; y falleció el 24 de agosto de 1995 en Jackson Heights, Queens, Nueva York.
Alfred Einsenstaedt emigró a Estados Unidos en 1935, donde viviría el resto de su vida, pero empezó en el mundo de la fotografía en su Prusia natal. En 1927 consiguió vender su primera fotografía a una publicación y, a raíz de ello, decidió que quería vivir profesionalmente de la fotografía, convirtiéndose en fotógrafo freelance en Berlín.
Cuando llegó a América se convierte en ciudadano norteamericano y entra a trabajar en el staff de la revista Life desde 1936 hasta 1972.
Destacan sus fotografías de celebridades, desde Sophia Loren a Bill Clinton, pasando por Mussolini, Hitler, John Fitzgerald Kennedy o Hemingway, muchas de las cuales fueron portadas de la revista Life.
Eisenstaedt trabajaba con una 35mm Leica M3, siendo su fotografía más famosa la del V-J Day, en Times Square, también conocida como The Kiss o El Beso.
Y una biografía más detallada hallada en la web a cargo de Ángel Luis Domínguez.
Nacido en 1898 en la antigua Prusia y fallecido en Estados Unidos en 1995, Alfred Eisenstaedt ha cubierto completamente con sus fotografías el devenir del pasado siglo XX, ya que estuvo activo prácticamente hasta su muerte.
Fascinado por la fotografía desde su juventud, a los catorce años le fue regalada por su tío una Eastman Kodak número 3 Folding Camera, realizando fotografías de forma amateur.
Había participado en la Primera Guerra Mundial en la que sufrió heridas en ambas piernas que le hicieron retornar a casa, donde tuvo mucho tiempo para profundizar en aspectos técnicos acerca de la fotografía.
No había pensado dedicarse profesionalmente a la fotografía.
En 1927 vendió su primera fotografía a un publicación y empezó a considerar seriamente el vivir profesionalmente de la fotografía, lo que llevó a efecto en 1928 trabajando como free-lance en Berlín.
En 1932 realiza la fotografía del camarero patinando. Según comentó el mismo, la silla que aparece en la imagen está fuera de toda lógica, pero era necesaria para enfocar la cámara y disparar justo cuando el camarero pasar a su altura.
En 1934 toma otra de sus más famosas fotografías en la Scala de Milán, procurando el máximo detalle, cuando por casualidad una joven aparece en el palco de al lado.
Quizá, en su decir, sin la joven la fotografía no hubiera sido tan memorable.
Nunca gustó de utilizar voluminosos equipos fotográficos.
En 1935 adquirió una Rolleiflex y emigró a America, convirtiéndose en ciudadano americano.
Trabajó en el staff de fotógrafos de Life Magazine, revista en la que llegó a ocupar con sus imágenes más de noventa portadas y fueron publicadas más de diez mil imágenes suyas.
En 1945 tomó una de sus más famosas y conocidas fotografías, titulada VJ day in Times Square en la que podemos contemplar a un marinero besando apasionadamente a una chica abstrayéndose de la realidad que los rodea.
Son de destacar su humildad y su humanidad, así como su constancia en la forma de trabajo a lo largo de más de sesenta años de actuaciones profesionales, con los personajes más variados en las situaciones más variadas.
Los retratos de personajes son una de sus aficiones favoritas, contando con numerosas anécdotas en sus interacciones con las personas más famosas del siglo pasado, desde Hitler o Mussolini hasta Clinton.
Fue infatigable y trabajó casi hasta su fallecimiento.
Publicó numerosos libros, recibió incontables premios y reconocimientos y realizó muy diversas exposiciones, alguna de ellas en su Alemania natal a la que regresó con 81 años para realizar una exposición con fotografías suyas de los años 30.
El fotoperiodismo tiene un referente en la figura de Alfred Eisenstaedt.
Y ahora a lo nuestro. Corría el año 1973 y Alfred Eisenstaedt recorre gran parte de sudamérica con su cámara en las manos y el dedo en el disparador. Argentina, Brasil y Perú se hallan en su itinerario. A continuación algunas imágenes de Lima en la prestigiosa mirada de Eisenstaedt. Se trata de vistas de la zona del Hotel Sheraton, el Centro Cívico (que en unas semanas más ya no existirá) y la Plaza de Armas. Son pocas en realidad, pero ocasión excepcional la de tener retratos de Lima a cargo de Eisenstaedt quien al parecer, no se desplazó mucho por la urbe.
Podría haber más en el archivo de LIFE, pues la revista ha anunciado que irá incrementando con el tiempo el número de fotografías en línea. Feliz aniversario, metropolima.
(Clicar sobre las fotos para agrandar)
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