jueves, julio 27, 2006

Yma Sumac ya estaba aquí en 2005



Del mito cajamarquino a Hollywood
Yma Sumac, un discurso en el espacio
La memoria, ingrata entre nosotros, es siempre plausible de enmienda. Por ello, cada tanto recreamos el presente con rasgos del pasado rescatando del olvido a artistas y obras mal o poco conocidas. Yma Sumac, que con más de 80 años de edad continúa realizando apariciones públicas, nos confronta con esa imagen exótica que desde afuera se atribuye al Perú.

Por: Daniel Contreras M.

Yo soy Kori-Tica y nací en Machu Picchu", le confiesa la educada asistente del arqueólogo Moorehead al aventurero Harry Steele, interpretado por un sudoroso Charlton Heston. Tras una larga estadía en América del Norte, la exótica autóctona se reencuentra con sus raíces al regresar a Perú, junto a unos buscadores de tesoros incas, lo cual celebra cantando y danzando con una cesta de frutas ante la diosa Mama K'auna.
Eran los años de 1950 y Estados Unidos observaba a este personaje -hibridación entre realidad y fantasía- con la curiosidad de quien ha salido de una guerra y observa el mundo en busca de evasión. Fue entonces que a través de breves escenas, un milenario y nostálgico misterio profesó su singular belleza abriendo una ventana hacia su lejana y rara cultura en el filme El secreto de los Incas (1954), en tecnicolor.
Su voz, de coloratura de soprano, con un registro extraordinario que cubría más de cuatro octavas, muchos dicen que cinco (dos octavas es el rango de una voz humana normal) era un don prodigioso que le permitía hacer bizarras acrobacias vocales, altísimas y bajas, incluso desdoblarse, dando la impresión de ser otras cantantes con voces y estilos diferentes. Pero este talento lírico no era suficiente para alcanzar el éxito y hubo que reescribir la historia, tornándola valor agregado, lo cual atestiguan centenares de fotos de una inocente princesa inca llena de alhajas y otras de una sacerdotisa en medio de dramáticos gestos.
Nuestra identidad en desborde, e incas y aztecas se pusieron de moda, sumándose a sherezadas y ladrones de Bagdad en la efímera cúspide hollywoodense. Entonces la peruvian culture, la de junglas amazónicas, indios con taparrabos y plumas, mujeres leopardo, indómitos incas de pétrea e insondable mirada adorando al Sol en las alturas de un templo azul, la de séquitos de vírgenes danzando alrededor del fuego al ritmo de tambores y antaras, convirtió a Zoila Emperatriz Chavarri del Castillo, una cantante que rondaba con su madre Radio Nacional hacía algún tiempo, en su mejor y más completa creación: su hija predilecta, Yma Sumac.

Arrebatadora
¿De qué hablamos cuando decimos que nadie es profeta en su tierra? De todo, menos de ella. Sucede que la historia de Yma Sumac no es una sola, debido a que es tan misteriosa como las mentiras que la mente del ayacuchano Moisés Vivanco publicaba en los textos de sus discos norteamericanos. De su nacimiento queda la duda de si fue en Ichocán, Cajamarca, o en el puerto del Callao; si acaeció un 10 o 12 de setiembre del año 1922, 1924 o 1927.
En resumen, la leyenda dice que su madre era descendiente de Atahualpa y su padre, un terrateniente de origen español. Que desde los 10 años dejaba estupefacta a la gente imitando a la perfección el trinar de los pájaros y que cantaba en quechua en honor al Taita Inti durante las festividades locales hacia fines de los años de 1930, incluso, se refiere de una masiva presentación en la Pampa de Amancaes. Sobre cómo llegó a Lima, existen las historias del espectador que era funcionario del Ministerio de Educación, la del grupo de arqueólogos que llegó a Ichocán -lugar de residencia de la familia- para estudiar a este precoz prodigio vocal incaico y la del pedido de un ministro, de llevarla a Radio Nacional para que la oiga el Perú entero, con beca de estudios incluida.

Amor picaflor
Pero la realidad con la ficción se entrecruzan con la aparición del hoy casi olvidado Moisés Vivanco, un músico ayacuchano de grandes ambiciones nacido en 1918 y que tras llegar a Lima en la década de 1930 y tocar en una carpa folclórica de La Victoria, fundó la Compañía Peruana de Arte con más de 40 danzantes, músicos y cantantes en escena. Pero su día de suerte empezó a gestarse cuando consiguió trabajo en dicha radioemisora, pues así una mañana, boquiabierto, vio y escuchó a Chavarri del Castillo.
No cabían dudas, había que explotarla. Ella era quinceañera y el pasaba de los 20. Vivanco pidió su mano y al pie del Misti se casaron en 1942, convirtiéndose no sólo en esposo, sino, en manager, mentor, compositor, asesor musical y padre de Papuchka Charlie.

Amy Camus viene volando
De cómo el sublime incanato conquista EE UU, quedan muchos registros. Pese a fundar el nuevo Trío Inca Taky con el cual tienen notable éxito en Lima y muchas giras por bares, teatros y casinos de Río de Janeiro y Buenos Aires -donde graban varios discos de música puramente vernacular- sienten que pueden lograr mucho más. En el país, afirman, no había oportunidades de desarrollo y parten en 1946 con sus ahorros a Nueva York, a una odisea inicial de muchas presentaciones y desplantes hacia esa fusión que se gestaba en la cabeza de Vivanco. Tentado a dejar la música, el ayacuchano invierte en el negocio de la importación de atún.
Hasta que llegó la invitación a un programa de televisión y las avasalladoras consecuencias se suscitaron: un contrato con la disquera Capitol Records en 1950, discos como The voice of Xtabay, Fuego del Ande, Jíbaro o Legend Of The Sun Virgen, etcétera, que sin mayor publicidad vendían por millones, Hollywood, las portadas de revistas, los conciertos multitudinarios, las estrellas, Las Vegas, Broadway, el dinero. Era la sumisión al gusto norteamericano.
Por ello, Emperatriz transmutó a Yma la Inca, la misteriosa, la mística de sangre y poncho real, la que su marido descubrió mientras le hablaba a los pájaros, la que reforzó sus pulmones en la puna llamando a las cabras de su padre, la que para muchos, no era princesa, sino una simple mujer judía cuya mayor virtud fue haber sido una ama de casa de Brooklyn llamada Amy Camus.

La ocupación chola
Pero las conquistas tienen su precio, y más aún si el conquistado es el imperio de la fama. Cuentan que la pareja regresó a Lima, pero les fue negado el Teatro Municipal después de la presentación de unos perros acróbatas rusos. Este desaire a su música, no fue olvidado. A Sumac, cara visible de la dupla Chavarri-Vivanco, la hipócrita sociedad limeña no le perdonaba el haber sido la "chola" que triunfó en el extranjero traicionando la música original peruana al volverla una exótica versión hollywoodense, mezcla de huayno con woogie boggie, que se cambió de nacionalidad en 1955 y menos, el haber sido de las primeras en hacer del resentimiento, del alejamiento profesional, una suerte de impulso a su carrera.
En este momento, la actitud de Yma más bien podría leerse como de crítica a esa mediocridad tan nacional, la hasta hoy lamentada falta de apoyo a nuestros valores. Pero la pareja, por su parte, actuó como explotados y explotadores de sus raíces, la dependencia se establecía entonces con el país que les dio las espaldas, en medio de un arribismo y oportunismo, eso sí, muy nacional.

Cambio de escena
A finales de los años cincuenta, los tambores de la jungla, los coros masculinos que al cerrar los ojos nos hacían imaginar a tribus de africanos o indígenas de Tahití danzando en medio de la selva amazónica, no estuvieron ajenos al son de los escándalos extramaritales y tributarios, provocando la crítica de la conservadora América. La fama tiembla y a esto se añade la invitación de Nikita Kruschev a 40 ciudades de Rusia, haciéndose extensiva la gira a Europa y Asia por más de 3 años. Su retorno a EE UU fue frío, la gente ya no la pedía. Ni siquiera el filme Los amores de Omar Khayyam (1957) pudo solucionar el hecho.
Las modas pasan y al mejor estilo de la Meca del cine el divorcio en medio de la debacle es inminente en 1965. Vivanco, el artífice de un nuevo mito incaico, se muda a España, donde muere en 1998, y Sumac se queda en California, donde a diario puede ver su estrella en el Bulevar de la Fama, mientras participa entre los años 70 y 80, en peliculillas y espectáculos de Broadway de poca monta.

El kitsch de Sumac
Es dueña de una personalidad extrovertida y complicada. Las malas lenguas decían haberla visto deambular hablando en quechua, perdida por las calles de Nueva York. Pero la verdad es otra, ella vive tranquila y uno de sus últimos conciertos fue en el Festival de Jazz de Montreal, en 1998. Eso sí, a fines de febrero pasado fue vista firmando autógrafos en el Hollywood Collectors & Celebrities Show, un barato, lucrativo y típico espectáculo de estrellas en ocaso. Hoy, conseguir en el país un disco de los innumerables que grabó Yma Sumac resulta tarea difícil, pero en otros países, como Canadá y Estados Unidos, ella es motivo de una verdadera pleitesía en los terrenos del cult market de las estrellas serie B. Su música sigue siendo utilizada en filmes. Es Sumac redescubierta y renovada para todos los gustos, desde aquellos eclécticos, intelectuales, hasta los más travestidos: los Drag Queen la han convertido en su icono. Más benigno es el ambiente que la considera precursora del New age, de la Space Music y figura indiscutible de la cultura pop internacional.
¿Es posible que haya existido entre nosotros una soterrada censura a esta artista y a su marido, reflejada en el olvido? Ellos reinventaron nuestra identidad, musical y visual, pero le dieron un sentido que resultó en su momento chocante para los peruanos, quizá más para los limeños que aún guardaban esperanzas en una modernización aplazada y hoy ilusoria.
Yma Sumac, la más extraordinaria voz del siglo XX, fue la embajadora de un país imaginario con una antigüedad inexistente. Artífice de un paraíso imposible y entrañable. Es un personaje estrictamente reservado para sociólogos que deseen analizar el redescubrimiento de la cultura peruana por parte de la potencia del Norte. Musicalmente fue un relámpago, un zarpazo, una incongruencia en nuestro acervo e idiosincrasia. Nunca se encasilló, pues muy bien entonaba en sus discos boleros, mambos, exóticos valses y tonderos, lo cual impide ubicarla entre chabucas, limeñitas o wara waras.
Quizás ya es tarde para reencuentros y reconciliaciones; para requerir destinos y nacionalismos que jamás serán comunes. Adiós a un discurso en el espacio, que mejor expresa la contraportada de un vinilo de 1952: "¿Qué poder extrahumano hace el milagro de reanimar la grandeza que Túpac Amaru, rebelde y ajusticiado, dio por definitivamente perdida? ¿Es nada más que un sueño? Es menos: un ensueño, apenas. Afortunadamente menos, porque así interviene en su representación fantástica algo que es simplemente humano."

(Suplemento Identidades Nº 80. Diario El Peruano. 07 de Marzo, 2005)

Fantasmagorías de Rafael Besaccia


En la galería ARTCO
Los espacios desconocidos de la naturalezaEnlazando pintura, música y animación, Rafael Besaccia presenta en la Galería ARTCO la exposición El fin del tiempo. Tercera entrega de Magna Opera, proyecto experimental creado por el artista en 1997. En esta ocasión, su inspiración son los métodos precursores de la realidad virtual procedentes del siglo XIX.

Por: Daniel Contreras M.

De una familia de actores, el pintor Rafael Besaccia de la Puente (Lima, 1973) trabajó largo tiempo en el campo de la publicidad. Luego, en el de la animación por computadora y también en los terrenos de la música. Relación radical de expresiones que lo lleva, hacia 1997, a generar el personalísimo proyecto Magna Opera cuyo opus 1 fue un video de animación llamado El tiempo.

Posteriormente llega Magna Opera Op. 2, bajo el título de Una vez más el Amor, una videoinstalación para la Bienal Nacional de 1998. En la galería ARTCO, Magna Opera op. 3, El fin del tiempo, se expone actualmente –o estrena, si pensamos en su carácter de espectáculo– congregando todos aquellos lenguajes con los que el artista convive en su labor creativa.

Besaccia ha pintado de la manera clásica: caballete, pincel y paleta, diez óleos de gran formato. “Pinto a la manera en que se trabajaba en los siglos XVII y XVIII. Uso la computadora para hacer bocetos o para planificar mis trabajos, pero a la hora de ir al lienzo voy con las herramientas del pintor clásico”, puntualiza. Parte de la obra son además tres piezas musicales que Besaccia ha preparado, junto a una animación inspirada en las imágenes de sus cuadros, “que intentan transmitir una sensación agradable”.

“Nací en una familia de teatro. Me es muy difícil entender mi vida sin hacer algún tipo de espectáculo. Además, crecí admirando a Miguel Ángel y a Leonardo: me es muy difícil entender la vida, sin pintar. Y me gusta la música y componer. Todo ello me ha servido para trasmitir estas ideas”, afirma el expositor.
Cielos, árboles y lunas
Una naturaleza extraña, cercana a la del romanticismo de un prerrafaelista o un Caspar David Friedrich moderno, puebla la propuesta simbólica que Besaccia expone. Y al mismo tiempo, se expresa como alerta de la devastación que la aqueja. Algo a lo también se expone la naturaleza humana.

Para algunos, podrían aproximarse a paisajes nocturnos surgidos de un sueño new age. Para otros, serán como puertas a un viaje seductor por escenarios naturales de otro mundo. Explica Besaccia, que su motivación es crear un espacio virtual –y ritual– similar a los dioramas del siglo XIX “o a las fantasmagorías, donde a través de escenarios cerrados se recreaban otras realidades para la gente”.
El fin del tiempo
“Desde la primera entrega de Magna Opera, he reflexionado sobre cual es la verdadera naturaleza del tiempo. Se nos dice que es oro, que se puede ahorrar, pero creo que es algo que aún desconocemos. Esa respuesta es parte de mi búsqueda personal y artística”, agrega Besaccia, quien ha decidido que la muestra, sea la última de su proyecto presentada en forma individual. Pero promete más espectacularidad tras este ciclo que llega a su fin.

La temporada de El fin del tiempo culmina el 9 de diciembre. Se puede apreciar en Artco Galería de Arte (Roaud y Paz Soldán 325, San Isidro).
(Sección cultural diario El Peruano. 12 noviembre 2005)

Jesús Ruiz Durand: grandes y pequeñas utopías

El artista y su época
Decenas de cuadros, afiches, fotografías y documentos, rescatados de la posible pérdida u olvido, reaparecen en Utopía y Ruinas, la muestra retrospectiva del precursor del pop art en el país: Jesús Ruiz Durand. Bajo la curaduría del crítico Gustavo Buntinx, esta importante revisión artística tiene lugar en las salas del Centro Cultural de San Marcos.


Por: Daniel Contreras M.


“Si fuera joven, estaría loco”. Jesús Ruiz Durand (Huancavelica, 1940) sostiene la pintura en una mano y con la otra coge el pincel, lo sumerge en azul y renueva la vieja capa acrílica de un cuadro: Documento II. Chicago, Setiembre 1968.
“Estaría loco, los referentes son tantos y tan distintos”, reafirma y le da vuelta al lienzo que coge por el filo del bastidor. Esto, mientras nos cuenta en uno de los pasadizos del Centro Cultural de San Marcos de sus múltiples proyectos, de las quinientas horas que debiera tener un día para cumplir con todo lo planeado, y de las posturas de la juventud de hoy frente a las de su generación.
Son días previos a la apertura de la exposición Utopía y Ruinas –los “fragmentos de una retrospectiva”, cómo la ha llamado su curador, el crítico de arte Gustavo Buntinx.
Ruiz Durand inició labores visuales hacia 1964, de la mano del expresionismo en la Escuela Nacional de Bellas Artes de Lima. Pronto, derivaría al op art (arte óptico), empujado por sus estudios paralelos de física y matemática. La vanguardia estuvo así reservada para él. Vanguardia, que supo llevar de manera aguda y sin vendas por los terrenos del pop más radical (que años más tarde fundara como achorado) y del diseño gráfico (iconográfico, mejor decir).
Es hoy un referente obligado si hablamos de la estética vivida y experimentada entre 1966 y 1987 –años por donde transita la retrospectiva– y su estar “al servicio” de alguna de nuestras grandes utopías históricas. Un antecedente ineludible al celebrar los últimos ejemplos de un estilo que se revitaliza, iluminando los magros tiempos presentes.

Los no-lugares
¿Para usted, terminaron las utopías?-No se. Las mías siguen vivas en medio de este ambiente que ha quedado tras la novelería del postmodernismo, que da fin a las utopías –aquella apertura a un goce momentáneo. Momentáneo, por que no hay esperanza de que cualquier proyecto histórico pueda tomarse en serio y parece que tampoco hay ganas como para comprarse un sueño de verdad. Todo es desechable, pasajero, absolutamente aleatorio. Pero los problemas aumentan en gravedad y esta irresponsable postura universal del egoísmo se convierte en la religión del egoísmo total, sin ningún referente moral ni ético. La prepotencia, la impunidad, la desfachatez, la obscenidad, todo eso está de moda, y se paga muy bien en medios como el televisivo, por ejemplo. Pero en este mar de imbecilidad, es imposible no tener una reacción en contra, reacción natural que nos señala una serie de caminos hacia la reconquista de los valores más altos. La utopía de hoy es aquello que nos recuerda, mientras más bajo caemos, de nuestra naturaleza superior.

Pero a veces se transforman en frustraciones históricas...
-Lógicamente. Si te refieres al velasquismo, fue una posibilidad que se frustró por la propia inoperancia y timidez de las fuerzas que lo conformaron, como dirigentes y asesores. Pero era una posibilidad. Imagínese un momento en que la tenencia de las tierras cambia radicalmente de manos, en un país donde por 500 años las condiciones fueron distintas. Yo nunca estoy convencido de nada, soy un incrédulo total, un escéptico, pero cuando veo las posibilidades de algo, si estas por algún lado existen, me parece maravilloso.

Las ruinas
¿Porqué muchos de sus cuadros están destruidos o afectados?-En realidad no lo se. Será cuestión del destino. Como anécdota te puedo contar que hace unos años hice dos individuales, cada una con unos 20 cuadros, todos desaparecidos. Otra fue en el Instituto de Arte Contemporáneo (IAC). La Universidad La Cantuta me pidió que les llevara esa muestra, lo cual hice. Pero en el interín sucedieron una serie de hechos: tomaron la escuela, hubo represión, movimiento estudiantil y al final los cuadros desaparecieron. Hay otro, uno grande de Túpac Amaru que regalé a una amiga que tenía una ONG en Huancayo, y en la época del terrorismo no sabía que hacer con él. Finalmente lo enterraron y luego quemaron. Recuerdo otra obra entregada a un galerista que nunca me dio un centavo, me dijo que se la habían robado. Cuando murió apareció el cuadro en manos de un señor que sí le había pagado al difunto. Ese cuadro lo doy como malhabido, robado y allí está, en esta última retrospectiva. Aún no he decidido cómo reaccionaré.

Son los restos de una época
-No tanto restos. Hay una alegoría curiosa: ahora estoy retocando unos cuadros pintados a mano. Por lo tanto, los sueños pueden ser repotenciados.

Como huellas digitales¿Siendo artista, cuál fue su compromiso con la época?
-Todo lo que he pintado ha sido para prolongar la efímera vida de los medios impresos. Las imágenes de mis cuadros son sacadas de periódicos y revistas, donde viven muy poco, y estamos hablando de testimonios históricos. Soy simplemente un habitante de esta época, que ha visto estas cosas y ha usado esas imágenes para hacerlas más perennes. Todo lo que he pintado no es nada más que el testimonio de la prensa que publica las fotografías, del editor que las escoge, del lector que escoge esas fotos escogidas y del pintor que las interviene como un documento estético. Todos estos cuadros son vivencias que de una u otra forma nos han envuelto, involucrado, como la terrible experiencia de los años 80.

Memorias de la ira...-Claro. El arte es paralelo a la historia, es como su huella digital. Es la segregación de la humanidad a pesar de las individualidades. Sí, hay un arte de los sesenta, en el que –prescindiendo de los individuos– se siente un estilo, una pulsión, una forma de respirar el color, de manejar la forma y los espacios. El arte es producto de una época, absorbe toda la capacidad vivencial del momento, se hace con el imaginario colectivo.

Tras pintar el horror, ¿siente al país como un buen proyecto?
-Nuestro pueblo tiene una gran capacidad de recuperación, de inventiva y creatividad. Los fenómenos como Polvos Azules, la chicha, Gamarra, Villa el Salvador son ejemplos palpables de lo que nosotros, los “civilizados”, no queremos ver. Porque simplemente nos levantamos tarde y ellos, empiezan el día más temprano, pendientes de las mínimas vibraciones para captar algo que les pueda servir. Se ha construido de la nada. Por lo tanto esa cultura precaria, fea, antiestética, que está reordenándose, es algo esperanzador a pesar de todas las contrariedades que tenemos, como el racismo. Es justamente el otro lado el que nos salva, la parte positiva de nuestro pueblo es lo que surge de las cenizas. Aceptar todo esto, es el gran proyecto nacional.

El estilo reflorece
¿Cómo ve el lenguaje del pop en la actualidad?
-Afortunadamente el pop recurre a elementos atávicos. Es un lenguaje muy cercano a nosotros, que hemos leído comics, historietas, mangas, lo que sea, y que tiene ya una aceptación de entrada, y que además, admite y ejercita no solo el genio sino también el ingenio. El kitsch, la huachafería, ya no son un pecado y se usan como un elemento más de comunicación, con resultados muy acertados algunas veces. El pop tiene nuevos adeptos, que ejercitan un proyecto y un lenguaje que les es afín, fresco y vivo, con meritos suficientes como para conectarse con las nuevas generaciones.

¿Va a muestras?
-Si. Hay gente de mucho talento y hay también jóvenes inmersos en la parte facilona y estúpida del arte que son las instalaciones: armas de doble filo si no se saben usar. Pero buena pintura siempre va a haber, se va a vender, apreciar. Hay mucho talento para mantenerla no sólo como una actividad que produce alegría, sino que reafirma identidades, hace documentos.

Es muy crítico con las instalaciones. ¿Siente que algo se ha perdido en el arte?
–Este formato es una especie de lacra. Porque entusiasma a los muchachos, es fácil, rápido y resulta mejor con una buena dosis de shocking. Y esto lo veo como algo negativo, pues funcionan bien cuando hay detrás inteligencia, preocupación y esmero. Pintar, dibujar, aprender un lenguaje visual, cromático, la composición, es laborioso, pero hermoso de hacer. Sin embargo el otro lado oficial del arte nos quiere demostrar que todo esto es obsoleto.

Usted dejó la pintura por el diseño gráfico
-No dejé la pintura. Lo dije sí, lo dije verbalmente porque era un medio elitista, demasiado exclusivista comparado con otras posibilidades del diseño grafico. Pero en realidad seguía pintando afiches, ilustrando libros, utilizando óleo, carbón. La pintura es como una enfermedad, no creo que se pueda abandonar.

El próximo debate
Muchos sienten que no pasa nada en el medio cultural
-Estoy en desacuerdo. Tenemos una gran actividad cultural en todos los círculos: desde el frívolo, los provincianos, a los más apartados e ignorados por nosotros, a pesar de que no tenemos una política cultural, sino más bien, un magro presupuesto para el INC. La cultura es lo último en el pensamiento de los gobernantes, aunque hay últimos intentos que me parecen muy positivos.
¿Habla de la propuesta del Ministerio de Cultura?
-Si, y me parece necesaria e importante, sea quien sea el que esté al frente. Porque la cultura tiene su propia dinámica: somos un país riquísimo en sus múltiples expresiones y será ineludible cuando aparezca este ministerio, el promover la necesidad de identificarlas y revalorarlas.

¿Cree posible el ministerio sin la existencia de una política cultural previa?
-Eso es lo bueno de cualquier organismo que surja. Porque lo primero que deberá hacer es definir dicha política. Y esa es la puerta, por allí se tiene que empezar. Debe existir un espacio donde se debata el problema de la identidad cultural que es nuestra preocupación de siempre. Y que se haga evidente al fin la vivencia y la convivencia de todas las culturas de las que somos parte y también el cómo nos ignoramos y nos ninguneamos. Ese es el próximo debate.
(((Recuadro)))
UTOPÍA Y RUINAS.Jesús Ruiz Durand: Fragmentos de una retrospectiva (1966-1987)
Curaduría: Gustavo Buntinx
Centro Cultural de San Marcos
Av. Nicolás de Piérola 1222 - Parque Universitario - Centro Histórico de Lima
(Suplemento Identidades. Edición 93. 19 de setiembre, 2005)

miércoles, julio 26, 2006

Urgente... desde Ilave, Puno

Agreden a periodistas en Puno
English: Journalists attacked in Puno
País/Tema: Perú-Fecha: 25 de mayo de 2004-Fuente: Instituto Prensa y Sociedad (IPYS) Persona: Juan Rizo Patrón, Dante Piaggio, Elena Cano, Daniel Contreras M., Mónica Cépeda, Óscar EchevarríaVictimas: periodista(s) , fotógrafo(s) Tipos de violaciónes: ataque Urgencia: Noticia urgente

(IPYS/IFEX) - El 23 de mayo de 2004, durante horas de la tarde, una enardecida turba atacó a un grupo de periodistas en el distrito de Ilave, región Puno, al sur este del Perú. Los periodistas fueron citados por los dirigentes de dicho poblado para realizar una conferencia de prensa. Sin embargo, la violencia estalló cuando la policía retiró el montículo de piedras que los habitantes del distrito habían colocado en el puente de esta localidad durante una huelga el 21 de mayo.

Poco después del mediodía (hora local) del 23 de mayo, llegaron a la plaza de Armas de Ilave cerca de dos mil personas dirigidas por Edgar Larijo. En este momento, algunos sujetos empezaron a insultar a los periodistas que cubrían el hecho, entre ellos reporteros de la empresa televisiva Frecuencia Latina, y de los periódicos "El Comercio" y "La Razón".

Un contingente policial cruzó la Plaza de Armas con dirección al puente Ilave para retirar los desmontes de esa vía de acceso, lo cual motivó que algunos manifestantes incitaran a la población para enfrentar a las fuerzas del orden. Fue entonces cuando los periodistas Juan Rizo Patrón y Dante Piaggio de "El Comercio", Elena Cano y Daniel Contreras M. del diario "La Razón" y Mónica Cépeda y Óscar Echevarría de Frecuencia Latina fueron atacados con piedras y hondas.

Los periodistas desconocían la zona. Para protegerse, huyeron con dirección a Juli, cinco mil metros de distancia al sur de Ilave, pero la turba los persiguió a lo largo de tres kilómetros. La aparición de un poblador que se conmovió de ellos fue esencial para que escaparan, ya que nadie les dio refugio durante su escape en un área situada a 4 mil metros sobre el nivel del mar.

Sin embargo, al tratar de rodear el río Ilave, nuevamente los comuneros les lanzaron piedras. Una mujer les mostró el camino para embarcarse a Juli. Piaggio tomó rumbo contrario al de sus compañeros y se temió que hubiese quedado atrapado dentro de la turba. Horas después se supo que había llegado sano y salvo a Puno, capital de la región.
ANTECEDENTES:
Horas de incertidumbre se viven en esta zona altiplánica. Los manifestantes exigen la liberación de los detenidos que se encuentran en el penal de Picsi, al norte del país, y la suspensión de la orden de captura sobre 36 pobladores por el asesinato del alcalde Cirilo Robles ocurrido el 26 de abril y ejecutado por una turba de similares proporciones, así como la elección de nuevas autoridades.
ACCIÓN RECOMENDADA:Remitir apelaciones al Ministro del Interior y al Jefe de la Décimo Segunda Región de la Policía Nacional del Perú (PNP), ubicada en Puno:- para que este hecho sirva de antecedente al momento de que las fuerzas del orden realicen sus labores.
Remitir apelaciones a la Fiscal de la Nación:- para que tome conocimiento de este ataque contra los periodistas en el momento de realizar coordinaciones con la Policía.

Con Mama Coca en el 2004


Agricultores cocaleros parten hoy hacia Lima
“A Rospigliosi le falta sentido común y educación”, afirma Nancy Obregón. "Rospigliosi no entiende que la nuestra es una problemática de carácter nacional en medio de la emergencia del agro".
Por: Daniel Contreras M. 
Los campesinos cocaleros, que realizaron un paro de 48 horas en Tingo María, preparan para hoy su anunciada "Marcha de sacrificio" hacia Lima. La dirigente cocalera Nancy Obregón tuvo duras palabras para el ministro del Interior, Fernando Rospigliosi.
Ante las declaraciones de Rospigliosi, quien ayer calificó de "irracionales" los pedidos de los campesinos cocaleros, la dirigente de la Confederación Nacional de Productores Agropecuarios de las Cuencas Cocaleras del Perú (Conpaccp), Obregón, dijo que el único "irracional es él".
"Rospigliosi no entiende que la nuestra es una problemática de carácter nacional en medio de la emergencia del agro. Estamos siendo desatendidos y creemos que ya llegó el momento de dar la cara y enfrentar a quienes hasta ahora se han opuesto al desarrollo de los campesinos peruanos", dijo. Obregón hace hincapié en que no planean generar violencia en la capital. "No vamos a ir a Lima a romper locales o ministerios. Ese no es nuestro plan. Los campesinos somos personas educadas", subrayó.
"El único violento que vemos en este panorama es el ministro Rospigliosi, quien es un malcriado, prepotente, falto de educación, de sentido común y cachaciento, pues vimos cómo de manera irónica trató a los congresistas que lo interpelaban", recalcó.
Mea culpa
Según Obregón, la suya es "una lucha fuerte y eso nadie nos lo va a quitar. Nadie nos da el respaldo legislativo ni el apoyo económico necesario para salir adelante, no existe un agrobanco que nos permita invertir en agricultura, por eso vimos en la hoja de coca el único medio para realizar nuestros anhelos, quizás esto haya sido nuestro error".
"No nos dedicamos al monocultivo, pues aquí hay agricultores que siembran diversos productos, pero por querer desarrollar a través de la hoja de coca lo mejor para nuestro futuro y para el país, nos hemos comprado este lío", aseveró.
La marcha
"Mañana (hoy) a las 10:00 a.m. estaremos todos los cocaleros para iniciar el viaje hacia Lima. Hemos recibido la feliz noticia de que se suman a nuestra movilización cientos de estudiantes de la Universidad Agraria de Tingo María. Eso es un verdadero aliciente", explicó Obregón.
A su vez, afirmó que el número de personas que llegarán a Lima "ha sobrepasado sus expectativas, pues ya son más de 3000 los campesinos preparados para la marcha".
(Diario La Razón. 23 de abril de 2004)

Un libro de Rodríguez Mansilla


A propósito del libro de Fernando Rodríguez Mansilla
En tiempos de pícaros
En el siglo XVI, un pícaro era aquel tipo astuto pero que a primera vista era tomado por torpe y timorato. Era de los que desvalijaban a hurtadillas y hacía de la deshonra su deporte favorito, en medio de las fiestas de juglares y de nobles avaros y prepotentes. Holgazán, precoz y ladino, pero también héroe a su manera.

Por: Daniel Contreras M.

El imaginario del pícaro, con sus pequeñas aventuras para conseguir comida y vino, con sus trotes con doncellas y sus viajes siendo criado de pueblo en pueblo, dio vida a una de las literaturas más emblemáticas del Siglo de Oro, la picaresca.
En 1554, en Alcalá de Henares, Amberes y Burgos, durante el reinado de Carlos I, apareció, de autor anónimo, La vida del Lazarillo de Tormes, de sus fortunas y adversidades. Llena de personajes que impactaban entre los privilegiados, por ser marginales, ladrones y demás seres del submundo renacentista, la novela episódica se convirtió en delicia de finos lectores y de los que gozaban con poemas irreales. Nacido en España, luego el género se extendió a Francia, Inglaterra y Alemania.
Con posterioridad, en 1599 se publicó la primera parte de Guzmán de Alfarache, de Mateo Alemán, tonificando la corriente de aventuras de corte autobiográfico y plena en referencias realistas. La picaresca es relatada a partir de los avatares de un individuo de baja ralea, ciertamente, en ocasiones judío converso, trashumante, sin nobleza. Atrás quedaban las épocas de las novelas de caballería.

La otra nave
El profesor de Literatura Hispánica en la Universidad de Navarra, el peruano Fernando Rodríguez Mansilla, acaba de publicar La nave de los pícaros. Investigaciones sobre la novela picaresca (Lima, Fondo Editorial de la Universidad Católica Sedes Sapientiae, 2005). En esta exploración, Rodríguez Mansilla reflexiona sobre la narrativa picaresca, bien desde su perspectiva estética y literaria, como por su contexto histórico. No sólo ausculta las obras clásicas del género como el Lazarillo... o Guzmán de Alfarache, sino que va más allá al incluir parte de la obra de Miguel de Cervantes y su percepción de lo picaresco.
La investigación parte de ver si el Lazarillo... es o no el despegue del género o modelo de la posterior “escuela”. Toma como referencia un grabado aparecido en 1605, en la carátula de la primera edición de La pícara Justina, en el que se representa a La nave de la vida picaresca. En esta ilustración se puede examinar la percepción del género en los lectores de aquella época, donde se ve a la madre Celestina, en cuya obra se encuentra el precedente más antiguo de la picaresca (Pármeno y Sempronio), así como a Guzmán de Alfarache, quien se encuentra en la proa. A su lado, aparece la pícara Justina, su proclamada novia. Jalando la nave se encuentra Lazarillo, montado en una canoa, fuera del grupo. El estudioso inglés Alexander Parker considera que esto se debe a que el relato anónimo no produjo una corriente de libros, como sí lo hizo Guzmán de Alfarache. Ante el debate de críticos y literatos sobre estas dos obras, se asegura que ambas funcionaron como modelos narrativos.

La verdad está en los niños y en el vino
Por los estudios que menciona Rodríguez Mansilla, la picaresca es más que la historia de un delincuente. Existen motivos elementales de este género como el nacimiento o la infancia inusuales, las burlas, el disfraz, el incidente grotesco, el rechazo, pero se precisa que el quid del asunto no es tanto su contenido, sino la forma en que se juntan distintos elementos consolidados por el canon de la época.
La imagen del pícaro no sólo estaba asociada a la pérdida consciente de la honra en un mundo plegado de deberes nobiliarios. Cada pícaro, como le pasaba al bufón, era una suerte de niño, que usaba el don de decir siempre la verdad, aunque la dijera con cierta ironía. La infancia juega un papel fundamental, hasta el punto en que creemos que el pícaro-escritor nunca ha crecido y que el relato de astucias y bravuconadas es narrado desde la pubertad. De allí lo usual que era en el género denominar a los antihéroes por sus diminutivos, si no recordemos a Estebanillo, Francesillo o Ginesillo.
En la relación entre verdad y risa aparece a menudo un tercer elemento que es el vino, tan fundamental en la vida de muchos pícaros, especialmente en Lázaro y Estebanillo, y primordial también en el ámbito carnavalesco.
Parafraseando a Wolfram Krömer, las novelas picarescas se caracterizan por una exposición no realista, que permite que se trasluzca lo que se quiere decir propiamente. No ofrecen, en consecuencia, una representación de las clases bajas y de su lenguaje a partir de detalles auténticos, sino que las presentan con una perversión de lo correcto o de lo justo invertido.
La nave de los pícaros... es una interesante muestra de que el arte (si hablamos del grabado en el cual se detiene Rodríguez Mansilla) interactúa con las demás disciplinas y las explica, comportándose como una suerte de exegeta de realidades tan igual como el que hacen las críticas más especializadas.
(Identidades Edición 94, Diario El Peruano. 3 de octubre, 2005)

Con el poeta chileno Carlos Trujillo


Poesía y poetas hispanoamericanos en Estados Unidos
Viaje al país de la lengua
Ganador del Premio Pablo Neruda en 1991, Carlos Trujillo es un poeta y literato chileno que hace poco presentó su poemario Palabras en Lima. Asimismo, nos ofreció un punto de vista distinto sobre las relaciones poéticas entre América Latina y el gigante del norte. Siempre ha existido un gran contacto entre poetas chilenos y peruanos. El país que nos une es la lengua. Perú es un país de tradición poética, de modo que su poesía nunca ha dejado de estar en buen pie.

Por: Daniel Contreras M. 
Es chilota. Es decir, chilota de Chiloé, isla a mil 200 kilómetros al sur de Santiago. Lo que significa doble aislamiento: en la periferia de la periferia, frente al todopoderoso centralismo de la capital, un eterno provinciano de Castro entre culturas diferentes. Carlos Trujillo posee una asombrosa hoja de vida en lo referente a la creación, difusión y docencia poética, tanto en su país como en Estados Unidos.

Desde las difíciles épocas de la dictadura se ha dedicado a abrir campos. Primero fue la arremetida en Santiago de la poesía hecha en provincias y actualmente, siguiendo la misma esencia, se ha dedicado a introducir la creación poética de esta parte del continente en la enseñanza universitaria estadounidense, al igual que varios peruanos. Considera que, pese a las diferencias que las fronteras y las distancias nos obligan a vivir, los latinos llevamos dentro un país común, que es nuestra lengua.
De isla chica a isla mayor
¿Cómo sobrevive la poesía en español en un país donde conviven tantos idiomas y culturas?
–Te diría que no sólo sobrevive, sino que hay un crecimiento geométrico. Un ejemplo: el Departamento de Lenguas Clásicas y Modernas de la Universidad de Villanova, donde enseño, tiene diez lenguas y éstas, una cantidad de miles de estudiantes. Pero el español es más del cincuenta por ciento de todo. Es decir, las otras nueve lenguas no logran llegarle ni a la mitad; por lo tanto, no hay competencia.
Además, el crecimiento de la población hispana en Estados Unidos es enorme, obligando a los norteamericanos anglosajones a incluir, por fines laborales, el español en sus estudios. Eso implica que el interés por la lengua sea mayor, creando la necesidad de más académicos en las universidades.
Afortunadamente, la mayor parte de estos profesores es hispanoamericano y escritor; en su mayoría, son poetas peruanos, chilenos y argentinos. Uno hace siempre lo que más le gusta, de modo que la promoción de la poesía es permanente, así como el interés por conocer más y más nombres.
¿Por parte de los estudiantes estadounidenses?
–Absolutamente. Para ello se deben romper tabúes, como el que la poesía es difícil. Cuando llegué a la Universidad de Pennsyilvania, recuerdo que le dije al jefe de departamento, un argentino, que quería iniciar un taller literario. “Mirá, Carlos, sé que has tenido talleres exitosos en Chile, pero acá la gente tiene otros intereses”, me respondió. Pasó un mes, teníamos tres talleres y se publicaba una revista. En Villanova, donde ocurrió lo mismo, el número de estudiantes máximo permitido por clase es de veinte.
En un año tuve cuarenta y dos. No me dividieron el curso y nunca en nuestro departamento hubo una clase tan grande estudiando poesía hispanoamericana. Hemos roto amarras, pese a que son muchachos que no trabajan en su lengua materna.
Al año dicto por lo menos dos cursos de poesía en los que nunca faltan mis grandes maestros: Vallejo y Huidobro. Es tanto el interés por los autores, que por primera vez en mi vida de profesor he terminado un curso para el programa graduado y el de pregrado, en el que tuve que sacarlos para que entre, por ejemplo, Roberto Juarroz. Creo que el estudio y el conocimiento de la poesía latinoamericana en general están en buen pie.

¿En el plano personal, es difícil para un poeta latinoamericano trabajar en Estados Unidos?
–Sí y no. Mi gran angustia inicial fue: ¿por qué tengo que ir a darle clases a los estadounidenses? Pero al darlas, confirmé que el profesor es profesor y que sus estudiantes son estudiantes sin apellidos ni nacionalidad.
Empecé a comprenderlos y luego a quererlos, porque me di cuenta de que los pobres –sin ironías– muchachos norteamericanos nunca han descubierto las enormes falencias de su educación. No saben nada del resto del mundo y nunca han oído de la política externa de su país. Para ellos es un golpe descubrir que se les ha negado una parte importante del conocimiento del mundo. No sabes cómo, al saberlo, lo reconocen y los transforma.
Así que en vez de pensar que estoy dando clases en un país agresivo, que nos ha tratado permanentemente mal, a estudiantes que irán a tratarnos probablemente de la misma manera, pienso que no, que tenemos la posibilidad mediante los profesores latinoamericanos y extranjeros que no se olvidan de dónde provienen, de enseñarles en sus propias aulas lo que es su país y cuál es la verdadera historia.

¿Cómo percibe la poesía peruana?
–Más allá de diferencias creadas por la política e intereses económicos y nacionalistas, siempre ha existido un gran contacto entre poetas chilenos y peruanos. El país que nos une es la lengua. Perú es un país de gran tradición poética, de modo que su poesía nunca ha dejado de estar en buen pie. Al igual que los mexicanos, poseen una gran base histórica: la belleza de las materias vividas a lo largo de su historia. En esa base sólida la poesía no tiene por qué decaer.
Existen poetas de buen nivel y el nivel no lo hace uno. Un poeta no nace del vacío, debe tener una plataforma de la cual lanzarse. Tengo la más completa seguridad de que la poesía en el Perú seguirá por los cauces que abrieron los grandes. Y no lo digo porque estoy en su país.
(Identidades, diario El Peruano Edición 91. 22 de agosto, 2005)

Con Buntinx en La Casona


La Casona de San Marcos redescubre su historia
El barroco vuelve
Una nueva serie de murales estilo barroco, originarios del siglo XVIII, han sido descubiertos en la antigua Casona de la Universidad de San Marcos, hoy sede de su centro cultural. Sutiles restos y rastros de una primera época de florecimiento del noviciado jesuita, para el que este monumento arquitectónico fue construido.


Son cosas del azar. El Centro Cultural de San Marcos (CCSM), ubicado en la añeja casona del Parque Universitario, blande un nuevo descubrimiento artístico e histórico. Pintura mural y otros elementos de carácter religioso del siglo XVIIII, han sido hallados inesperadamente en uno de los ambientes de su Patio Principal, más conocido como Patio de Derecho.

Esta institución que gracias al convenio Perú-España viene restaurando y revalorizando su sede otrora tugurizada y ruinosa (proyecto que se espera culminar en 2007), guardaba en uno de sus ambientes, ocultos por anaqueles y estantes, asombrosos restos de pintura mural y grutescos. Trazos barrocos que adornaron los ambientes del mencionado patio.

Es así que tras la mudanza del Archivo Histórico de la UNMSM, realizada como parte de la regeneración espacial del edificio, el personal del Centro Cultural se dio con la sorpresa de hallar estos fragmentos, al igual que dos aguamaniles, que pese a los siglos y a los daños sufridos aún cautivan.

Unir estas piezas tendrá como resultado completar un panorama del pasado, que permitirá una mejor comprensión del presente. Por ello, estos restos vienen siendo tratados de una manera científica y con toda la batería de pruebas que ello requiere. El objetivo es esclarecer la coyuntura en la que fueron pintados y cual es su estado de conservación. Como dato inicial se ha logrado determinar que el recinto en restauración era utilizado como zona de ingreso a la vecina Iglesia de San Carlos –hoy Panteón de los Próceres– entre los siglos XVII y XVIII.

Cirujanos de la historia
Análisis de pigmentos, registros fotográficos, consolidación de la pintura, metódica limpieza con espátulas y bisturís así como estudios de composición y estilo, forman parte de los primeros pasos en busca de la claridad histórica.

“La pintura descubierta, de imitación arquitectónica y figuras con elementos naturales, es similar a la que existe en la Capilla de la Virgen de Loreto”, sostiene el coordinador del proyecto de restauración, arquitecto Martín Fabbri. “Esto nos hace pensar que el ambiente tuvo una función litúrgica: una capilla anexa a la Iglesia, o una a la cual se podía ingresar sin entrar al templo en horas en que éste se hallaba cerrado”.

Según Fabbri, ello a partir de que casi todos los templos de Lima contaban con un oratorio adjunto, como Santo Domingo que tiene la Capilla de la Veracruz. O el de La Soledad, contiguo a la Iglesia de San Francisco.

Para el estudio del mural, hecho a base de pigmentos minerales, no se viene utilizando ningún químico, sino, materiales compatibles con los tintes. Para detener el proceso de deterioro, en pocos días se le inyectará cola granulada con lo cual la pintura se fijará al muro.

Con este hallazgo la antigua Casona se reafirma como fuente inagotable de estudio y transformación. Y tanto desde el punto de vista histórico como arquitectónico, hoy por hoy representa uno de los más importantes conjuntos monumentales de la Lima que nos queda. Excepcional.

(((Recuadro)))
Gustavo Buntinx: Un goce místico y libidinal

El historiador y crítico de arte, Gustavo Buntinx, también director del CCSM, ofrece su importante punto de vista al respecto.

¿Siendo director del CCSM cómo tomó la noticia del hallazgo?
–Con goce místico y libidinal. Porque además de tener la compleja y delicada responsabilidad del proyecto institucional del CCSM, soy primero y último un historiador lascivo del arte. Y mis flujos corporales responden precisamente al estimulo de una historia que sobrevive en sus restos artísticos, a pesar de los desmanes y las perdidas que han lamentablemente caracterizado el transcurrir de nuestra vida como sociedad.

¿Y cómo calificaría el valor artístico de los murales?
–Capital. Porque como investigador entiendo la importancia incluso de aquellos elementos que llegan a nuestros días como ruina o fragmento. En ellos se cifra el sentido de épocas pasadas en aspectos tan decisivos como su vocación estética y su pulsión religiosa espléndidamente articuladas por motivos tan sensuales y espirituales al mismo tiempo, como los de ese mutilado grutesco que hemos descubierto. E incluiría en esa misma clasificación los otros diseños, aparentemente más neutros y sobrios, las tramas geometrizantes, o incluso las cruces que hemos hallado en los desaparecidos aguamaniles. Hay en el temblor de la pincelada de estas últimas, y en la sabia irregularidad del diseño de las primeras, un elocuentísimo registro sensible de la sensorialidad de una época.

¿Qué planes para el futuro de los murales?
–Hemos decidido modificar el plan de uso de estas áreas, que ya no estarán destinadas a funciones administrativas, sino, serán adecuadas como un ambiente para la exhibición permanente de la memorabilia de la Casona. No solo expondremos allí los restos murales descubiertos: también una serie de elementos surgidos de las excavaciones o de las reelaboraciones arquitectónicas de nuestra sede, ofreciendo así al visitante un encuentro deslumbrante con la historia no solo olvidada, sino, negada, reprimida, despreciada, que en estos felices tiempos estamos empezando a rescatar.
(Suplemento Identidades. Edición 104. Diario El Peruano. 20 de marzo, 2006)

Ex Huayco E.P.S


Retrospectiva de Juan Javier Salazar
Pintor en su salsa
Otro mediático momento para el artista Juan Javier Salazar. La exposición Super-visiones, antes-durante-después (1978-2006), coloca nuevamente al ex integrante del grupo E.P.S. Huayco en boca de muchos y protagonista de diversas entrevistas. Junto a su obra el desaliñado creador, de radicales puntos de vista, es una experiencia aparte. La muestra va hasta el 23 de abril.

Vive en el arte y del arte vive. “Yo no me lo creo, pero siempre termino como un personaje mediático de la cultura en un medio tan pequeño como el nuestro. Sin embargo, puedo conversar con un taxista y convencerlo de que tiene que venir a mi muestra de todas maneras”, sostiene Juan Javier Salazar.
Por: Daniel Contreras M.

Treinta años de carrera divididos entre la pintura, el accionismo, el grabado, el comic y la dirección de videos le dan además el derecho de sentirse incomodo cuando le llaman genio o califican su trabajo –y a él mismo– de interesante. “No soy ni lo uno ni lo otro”, afirma con sospechosa modestia.

“La palabra interesante después de 25 años de “chamba” ya no es suficiente. Esas cuatro silabas son un mensaje altamente codificado que deja el juicio crítico en el aire”. Acerca de su endilgada genialidad, Salazar piensa que si se lo dicen, es porque está en problemas “pues es como si me tiraran basura a la cara para que no pase ya nada más conmigo”.

Por el públicoEl creador de otorongos con forma de Perú; de la serie de treinta y seis Vallejos posando y apenas uno invertido que nos grita: “cojudos”; del país del mañana o del algo va’ pasar, ha registrado ya varias de sus obras en nuestra iconografía histórica.

Ha rescatado una forma de ver el arte que pocos artistas poseen. Una forma casi sagrada, radical, y sobre todo, ritual. Su trabajo es crítico, divertido, parece sencillo, y además lo es. Pero entre las imágenes e ideas directas, el artista coloca diversas tuercas que componen y activan todo un aparato emocional, de gran precisión.

Porque a Salazar le importa realmente el público: se le nota mientras habla en la puerta de la galería Pancho Fierro, escenario de la retrospectiva. “Ha sido emocionante ver a la gente entrar y sentirse identificada, como si hallaran pedazos de su experiencia vital durante los últimos años. Quiero ver al público contento, pero en la muestra hay melancolía y un espíritu depresivo, porque han sido años llenos de ternura, alegría, ilusión, pero también de sobrevivencia, improvisación y el espíritu del día a día”. Fama e infortunio.

A mil por hora
“El arte debe hacer temblar la realidad”, remata con esta frase una de sus hipnotizantes peroratas. Luego, habla sobre su relación con el guano de la isla; de la anchoveta y sobre los vínculos entre el peruano y sus huacos; sobre la escasa lluvia en Lima; sobre sus espinosos vínculos con algunas galerías y críticos; sobre el analfabetismo cultural imperante y sobre cómo la televisión robó público a los artistas y otra vez reitera que no es un genio. “No hay que hacer tanto mito. Y eso sí es un problema, pues agarramos lo mejor de lo que hay, sea lo que sea”.

Hay que tener cuidado, estamos haciendo historia de migajas. ¿Si yo me siento una las mejores migajas?, diría que si”.

Salazar, desea dejar en claro que se halla muy ilusionado con nuestros jóvenes artistas. Considera que existe “un mayor interés por el espíritu colectivo”, y que el arte, “ya no es tanto de vitrina, sino que sale de adentro para afuera. Es momento de meter un nuevo artista al circuito internacional. Hay sitio para un peruano hace mucho tiempo allá afuera”.

Perú, país del mañana. “Eso también es parte del problema: nuestro pasado tiene tanto peso que todos buscan el ser peruano hacia atrás, en vez de hacerlo hacia delante”.

Luego, Salazar camina directo a una de sus serigrafías colgadas en la sala y salta hacia ella para convertirse en aquel único Vallejo que mira hacia un lado con gesto aburrido, mientras los demás miran hacia el otro.
(Sección cultural, diario El Peruano. Martes, abril 11, 2006)

Desde Telefónica


Tras las grandes transformaciones en nuestro arte
Paréntesis en el camino
Un nuevo paso en cuanto a propuestas expositivas tiene lugar en el nuevo Centro Fundación Telefónica. Formas de mirar: Lugares y paisajes en el arte peruano, ofrece desde noviembre pasado y hasta marzo, una propuesta que combina la difusión del arte, su promoción y lectura, bajo el parámetro objetivo de captar un público mayoritario y de todas las edades. 
Por: Daniel Contreras M. 
Llegué con el pequeño Camilo, mi hijo, hasta la sala de exposiciones de Telefónica. Aquel espacio que albergara muestras de indudable importancia hoy es el Centro Fundación Telefónica, que acoge un nuevo proyecto cultural: el programa Arte para aprender. Diseñado en conjunto con el Museo de Arte de Lima, Formas de mirar: Lugares y paisajes en el arte peruano, es la primera exposición de esta propuesta, bajo la curaduría de Ulla Holmquist y Natalia Majluf.
Al término de la visita, el niño pidió volver. Él formó parte del juego, del público al cual está destinado este breve panorama de las formas del paisaje en el arte peruano. Un espectador en formación, sea cual fuera su edad.

Nada mejor ahora que las palabras de los organizadores para explicar por dónde va el asunto: “Esta muestra presenta una visión transversal de la relación del hombre con su entorno, comenzando por el arte precolombino, pasando por el colonial y el republicano, hasta llegar a las expresiones artísticas de nuestros días. Formas de mirar (...) sigue las grandes transformaciones en los medios, estilos y funciones de las artes plásticas, al tiempo que permite al espectador acceder a nuevas formas de pensar e interpretar su entorno”.
Búsqueda de intensidades
Habituados a cierto tipo de exposiciones cuyos valores oscilan entre un amplio despliegue de conocimientos antropológicos y otro de cultura artística, Formas de mirar..., situada en la sala Paréntesis, contiene ambos extremos. Y lo que hoy conocemos como país, se vuelve así un paisaje, de intensidades, de articulaciones, de imágenes con espíritu, de la gente que produjo estas piezas.
Existe, además, a pocos pasos de la muestra, un centro de documentación como soporte informativo. En él, gracias a recientes publicaciones, se ofrece la posibilidad de abarcar los resquicios que de lo visto se desprendan. Es presentar las cosas de otra forma. Es inculcar que se puede ir a un museo, a una galería, sin prejuicios. La gente quiere obtener respuestas.
Por ello, la mediateca funciona como una plataforma vinculada con estos temas. Junto con ella, la pequeña Sala Plasma, ideada como lugar de conversatorios y videoconferencias, se vincula, mediante la tecnología apropiada, con el laboratorio multimedia creado para la difusión de nuevos medios. Este es el marco de la presente y de las futuras exposiciones que aquí sucedan.

Ojo a las formas
Son parte de la muestra cerámicas precolombinas que nos sugieren los retos por domar el entorno, pinturas coloniales como ejemplo del corte abrupto causado por la presencia española en la cosmovisión andina. Van sucediéndose así las épocas de nuestro arte, nuestra evolución como una geografía poblada de manifestaciones en continua construcción, que arriba a los tiempos actuales con una urbe a través de sus imágenes.
A Camilo le he prometido llevarlo el sábado siguiente. Hay que depurarle los sentidos de todo ese ruido que produce la prensa, la política, la televisión... Inmersos en un mundo de ruido, hay que buscarle los espacios de armonía adecuados para su entendimiento y disfrute del mundo contemporáneo. Y a la vez, se perfila la posibilidad de que sea el asegurado sobreviviente de una educación artística de hora y media a la semana durante su futuro paso por el colegio. No se trata de defender cambios o políticas frente a la cultura y la educación, sino que esa multiplicidad de expresiones artísticas pueda sobrevivir a través de él.
(Suplemento Identidades. Diario El Peruano. Edición 101. 06 de Febrero, 2006)

Arte desde Brasil


Regina Silveira deja huella en Lima
Elogio de la distorsión
Destacada presencia internacional en la escena plástica limeña. Regina Silveira (Porto Alegre, 1939) literalmente toma por asalto la fachada y los ambientes de la Galería de Artes Visuales de la Universidad Ricardo Palma. Huellas & sombras, notoria selección de su obra, confirma la importancia de esta artista cuya carrera se halla signada por el inmenso apego por lo oscuro y por la luz.

Por: Daniel Contreras M.


La luz como suceso. Una obra de arte desgarra la blanca fachada del centro cultural. La sombra como hecho. Una presencia se proyecta hacia las paredes de la galería desde un lugar donde no existe, o existe, pero como el otro lado de la medalla.

La huella como concepto. En Regina Silveira es posible rastrear tanto de minimalismo, como de arte pop, de concreto o de comic. Tanto de monumentalismo como de pequeños grabados e instalaciones que compendian por igual sus particulares puntos de vista.

Como una artesana del vinilo autoadhesivo (el plotter, conocido también como ploteo), esta artista plástica brasilera realiza desde los años setenta un constante ejercicio en el uso del espacio y su relación con los fenómenos ópticos. El video arte, la pintura, el retoque digital, la fotocopia, la fibra óptica, las células fotoeléctricas, los rayos láser, son sólo algunos de los múltiples medios con los cuales Silveira ha trabajado. Demostrando con ello que las visiones artísticas no deben ser inhibidas de ningún modo por consideraciones técnicas.

Actualmente la Galería del centro cultural Ccori Wasi presenta Huellas & sombras, propuesta elegida por la artista para exponer por primera vez en Lima. Una suerte de antología que nos aproxima a una de las carreras más radicales –desplegada en las más importantes bienales y colecciones a nivel mundial– del arte contemporáneo en el Brasil.

Puntos de visión
Su pasión por el arte se mide en lo provocativo de sus obras. Una provocación que la misma Silveira resume de la siguiente manera. “Mis intereses derivan directamente de una poética centrada en la naturaleza de la representación visual. En sus políticas también, pero sobre todo, en esa malformación que tienen ciertos instrumentos como la perspectiva”.

Se trata de la llamada anamorfosis, que como bien nos recuerda el crítico Alfonso Castrillón –director de la galería– es la seductora idea del Renacimiento sobre la perspectiva deformada. Su distorsión, su falsedad.

“No es cuestión de traer de vuelta aquellos elementos primigenios, pues eso solo resultaría en parodia”, remarca Silveira. “Mi visión es contemporánea en su manera de mirar hacia el pasado y cargada de ironía”.

Registro de ello son algunas de las obras seleccionadas para Huellas & sombras, como la emblemática serie In Absentia (1983/2002) con la presencia estelar de Marcel Duchamp, la posterior pero vital espectacularidad de Derrapagem (2005), la virtual sonoridad de Irruption (2005) o los grabados Enigmas (2005) y Armarinhos (2002).

“De ahí pasé a ese universo que es el de las sombras proyectadas. Éstas, al principio, fueron solo gráficas, ya luego ambientales mediante las intervenciones urbanas”, añade la artista que logra, con mucho éxito, ampliar la escala de sus trabajos “hasta el nivel del contexto urbano”, cubriendo paredes inmensas.

De esta manera surge Super X en la Avenida Paulista (1997), de doce metros de altura, el Tropel de seiscientos metros cuadrados sobre la fachada del edificio de la 24 Bienal de Sao Paulo, los casi cuarenta metros de Ex Orbis en el Museo Nacional de Aviación de Ottawa, etcétera. Los mejores ejemplos de cómo la arquitectura no debe entrar en competencia con el arte. Y de cómo, gracias a la matriz digital, puede dejar de lado su condición efímera y adecuarse a los espacios.

Última dirección conocida: Lima
A la entrada de la galería, Regina Silveira explica más de su propuesta. “Creo que las sombras y las huellas pertenecen a la misma familia, la de los vestigios, de lo ausente, de lo que queda, pues hay un registro de tiempo mediante el cual una huella implica que algo ha pasado, que un evento sucedió y dejó un registro”.

Es lo que Silveira finalmente desestima “como rastro de una luz física”. Huellas & sombras es un ejercicio de dimensiones, de crítica en diversos niveles. Es un despliegue imaginativo pero a la vez un cálculo racional en la espiritualidad de las formas. Por eso ella incide en que la elaboración de sus piezas se basa sobre todo en el dibujo, en la geometría y su distorsión mediante el ordenador. Y agrega ya desde la otra vereda, un tanto cinematográficamente: “es toda mi obra una suerte de efectos especiales”.


(((Recuadro)))
Huellas & Sombras
Instalaciones y grabados de Regina SilveiraGalería de Artes Visuales. Centro Cultural Ccori Wasi - URP
Muestra abierta durante todo julio de 2006

(De Identidades -Suplemento Variedades de El Peruano. Nº 6. 7 de julio 2006)

Encuentros


Sorprendentes hallazgos en la ciudad
Rastros y restos del pasado
Lima no deja de sorprender. Cuatrocientos cincuenta años de existencia de una de las casonas más antiguas de la ciudad solo pueden ofrecer fascinantes hallazgos y testimonios de la mística Colonia, la tensión militar de una guerra republicana o simplemente, la vida diaria de una urbe del ayer.

Por: Daniel Contreras M.

Todo se inició con el descubrimiento de una serie de asombrosos murales de corte barroco ocultos detrás de múltiples capas de pintura. Los trabajadores del proyecto peruano español que actualmente vienen restaurando la vieja casona del Parque Universitario habían iniciado sus trabajos en uno de los patios más antiguos. Tras mover estantes en un recinto de aquel lugar, un colorido dibujo les guiñó el ojo.
Se trataba de los indicios de aquel convento jesuita del siglo XVIII que encerraba en sus claustros a decenas de jóvenes religiosos enfervorizados por la devoción divina. Murales en las paredes, aguamaniles utilizados para ofrecer agua bendita a los fieles, cruces, rostros recortados afloraron tras años de olvido.Convocados los especialistas, dedujeron que el lugar en mención debió servir como zona de ingreso público de la vieja iglesia de San Carlos que hoy conocemos como Panteón de los Próceres.
Historias de guerra
Para los especialistas de la Agencia Española de Cooperación-AECI, encargadas de reestructurar la vieja infraestructura golpeada por los años, así como por terremotos y amenazas de demolición, la certeza de que este viejo local fue cuartel tanto chileno como peruano durante la Guerra del Pacifico, es ya evidente.
Sobre todo por el hallazgo de dos pequeños botones de uniforme militar pertenecientes a soldados de ambos bandos en las zonas del mismo patio. Unidos por el tiempo, los metálicos objetos que en una época fueron enemigos, hoy posan juntos para la foto, uno con el escudo nacional, y otro con la estrella chilena.
Pero hay más. Otros sutiles restos y rastros también fueron hallados. Decenas de balas sin percutar, herraduras, clavos y botellas coloniales, fragmentos de vajilla, bolsitas de té, cucharas, la pequeña cabeza de una muñeca blanca de porcelana, entre otros objetos.

Objetos anónimos
Un acto intrascendente puede convertirse con el paso de los años en un hecho singular. Quizás a mediados del siglo XIX, quizás entre 1850 y 1880, un fumador –acaso soldado peruano– saca del bolsillo una cajetilla fabricada en el antiguo Estanco del Tabaco y una caja de fósforos. Enciende el pitillo y luego arroja los envases al techo de uno de los salones. Siglo y medio más tarde la cajetilla y la cajita de fósforos son encontradas en el relleno de las paredes y techos. Hoy, su valor histórico e incluso artístico ha sorprendido a los restauradores. El bello grabado de una mujer emerge desde el olvido.





Todo indica que es posible realizar nuevos descubrimientos. A más tardar el próximo año la obra integral será entregada a las autoridades. Así como esta zona de Lima, son decenas los espacios que guardan tesoros ocultos por el tiempo. Salvarlos del rincón escondido es el mejor acto de revalorización.
(((Recuadro)))
Martín Fabbri
El coordinador del Proyecto de Restauración de la Casona, arquitecto Martín Fabbri, reafirma la importancia de estos importantes hallazgos.


Arquitecto Fabbri, ¿se sospechaba de la existencia de los murales barrocos?
-El recinto del hallazgo fue ocupado durante años por un archivo histórico. La habitación estaba llena de estanterías que ocultaban las paredes. Pero suponíamos que había cosas importantes escondidas, pues los laterales de las iglesias siempre son dedicados a las pilas bautismales, aguamaniles, etc. La pintura rescatada es de imitación arquitectónica, además que existen restos de alegorías, grutescos y figuras con elementos naturales.


¿Y respecto a los hallazgos del siglo XIX?
– Perteneciente a diferentes fases todo es material utilitario, es decir, material que ha tenido un papel en la vida cotidiana de las personas. Hoy, tanto murales como pequeños objetos han iniciado el proceso de conservación a cargo de técnicos especialistas. Al finalizar esta etapa, todo formará parte de una sala especial que reunirá lo hallado hasta la fecha.

Serie 1



Obra última de Sonia Prager reunida en Serie I
El retorno de la escultura
Tras la gran retrospectiva en 2005 que le organizaron el Icpna y el centro cultural de la PUCP, Sonia Prager presenta actualmente su nueva exposición individual.

Por: Daniel Contreras M.

En su taller frente al mar de Magdalena, la escultora Sonia Prager saca un papel del bolsillo y lee en voz alta. “Una lectura de mi trabajo tiene que ver con la relación del ser humano y su entorno: la naturaleza, la cual se ha deteriorado de tal manera que me lleva a plantear un trabajo escultórico que relacione y armonice la intervención de la mano con la piedra, sin violentarla, más bien logrando lo mejor de ella”.


Falta poco menos de una semana para la inauguración de Serie I y Prager da el acabado final a las piezas que llevará al montaje. A lo largo del amplio pasadizo, a la manera en que Magritte envolvió las cabezas de dos amantes en uno de sus celebres cuadros, sus esculturas se muestran cubiertas. “Sucede que siempre estoy pensando en la próxima obra por hacer”. Afirma que por eso las tapa. Una vez terminadas, sólo son piedras que representan un momento de su historia.
“No tengo ese apego por las obras. Prefiero ver otro tipo de desarrollos, como el de mis hijos, que son seres en permanente evolución”, sostiene. Pero la artista, que regresa a las salas de exposición luego de una pulcra antología de su obra (1977-2005) curada por el crítico Jorge Villacorta, no esconde su fascinación por la materia. Las palabras le quedan chicas. Piensa cada término que usará como respuesta.
“Antes trabajaba formas monumentales en granito, por lo que debía usar un maestro de obra que me ayudara en el proceso más duro. En Serie I intervengo la piedra de Huamanga -y otras provenientes de la zona-, pues siento que en este momento es el material mediante el cual puedo trasmitir lo que quiero decir”. Afirma que actualmente trabaja en soledad, experimentando con el pequeño y mediano formato, lo cual le produce el placer de no depender de nadie en un proceso y lenguaje distinto a todo lo anteriormente hecho.
Vuelta de tuercaPrager sigue leyendo el papel que sacara de su mandil. “Otra lectura que corre paralela es producto de la revisión de mi proceso plástico durante los años que llevo trabajando escultura. Y de un retorno a las formas orgánicas que utilicé de joven, lo que me permite expresar mi actual posición ante la vida”. Convertida en uno de los puntos claves en la sustanciosa y singular nómina de escultoras peruanas, todo lo dicho por la crítica sobre su obra es radicalmente válido por evidente. “Sus formas son simples, pero rotundas”, “minimalismo naturalista”, “rigurosidad, austeridad y afán de renovación”, “una comprensión cultural de la materia y de su lugar en la dimensión de lo creado”.
La antología del 2005 fue como cerrar un capítulo, sostiene. “Existía la necesidad de darle una vuelta de tuerca a mi trabajo, a mi lenguaje”, asegura Prager, cuya anterior preocupación “era no tocar la piedra, intervenirla lo mínimo posible para no dañarla”. Sin embargo, hoy piensa que eso ya no es válido. “La naturaleza ya ha sido muy deteriorada”, reitera. Por todo ello, ahora interviene la piedra, pero delicadamente, provocando una situación mucho más sensual que antes. Al decir sensual, duda si ésta es la palabra correcta. “Digamos, más natural que conceptual”.

Elogio del cincel
Serie I le ha costado un par de años de lectura e investigación, tiempo que compite con su labor docente. “En el panorama latinoamericano, lo que nos sucede en escultura es de lo mejor, lo cual sigue siendo una paradoja: mientras mejoramos hay menos apoyo para el artista”, afirma. Antes de la despedida, comenta que nunca pensó emigrar al extranjero. “Trabajo para este país, soy bien local”.
Que en ese barullo provocado por la situación reciente del Museo de Arte Contemporáneo la solución pudo haber sido “ponerle Szsyslo a una de las salas del museo”. Que siempre tiene un dibujo o una escultura por terminar y muchas otras para empezar.

Es la necesidad de trasmitir ternura, la delicadeza necesaria para devolverle al entorno su bondad, su belleza”. Sonia Prager da fin a su breve lectura. El tiempo real pasa lento en Magdalena. El espacio emocional se traslada nuevamente a la galería.

Serie I. Esculturas de Sonia Prager. Galería Fórum Larco 1150, sótano, Miraflores. Hasta el 29 de mayo de 2006.
(Tomado de Identidades, Nº 107. Diario El Peruano. 8 de Mayo de 2006)

Acerca de la piratería


El VCD o Vivo Copiando Discos
El espectacular crecimiento de la piratería audiovisual ha abierto un nuevo panorama para la cinefilia subterránea. No obstante, la explosión multimedia se ha convertido también en un problema legal de graves consecuencias para las empresas formales. ¿Puede ser la piratería una alternativa para las grandes mayorías o un cáncer social? 

Por: Daniel Contreras M. 

El joven cineasta angloestadounidense Paul W.S. Anderson ha sido convertido por la piratería del VCD en el director más prolífico de la historia del cine. De cada 10 discos quemados, ocho de sus carátulas llevan inscrito su nombre en los créditos, sin importar que la película se llame Kill Bill, El Bola, Underworld, La secretaria, Exterminio o Italiano para principiantes. Sin importar que una sea española, otra danesa, inglesa o estadounidense, o que sus verdaderos directores ni siquiera imaginen esta ingrata usurpación.

Incluso, los mercaderes peruanos del VCD fueron a hacerle un gran favor al tal Anderson (director de las irregulares Resident Evil y Mortal Kombat), al convertirlo en una suerte de genio multifacético capaz de dirigir con éxito y acierto un sinnúmero de películas notables y entretenidas. Este Anderson en serie responde a la también masificada impresión de miles y miles de carátulas extraídas de Internet, de sitios web de uso exclusivo de aquellos usuarios que “bajan” las portadas para los estuches de VCD o DVD pirateados, donde sólo importa la parte frontal (que son copias de los afiches originales) y no los créditos en la ubicación posterior. Por ello vale poner cualquier nombre, siempre y cuando vaya acompañado de la frase writen and directed by.


En el estuche de Identidad, de James Malford, figura en contracarátula un director llamado “Remolacha Forrajera de James” e incluye en su reparto a actores con nombres coloridos como Rayo Liotta o Heces de Guillermo Scott.

¿Francis Disk o Francis Drake?
El Video Compact Disc (VCD) data de 1993, cuando Philips y JVC añadieron este disco entre las especificaciones de su manual de instrucciones. Es un disco compacto (CD) que puede almacenar video, audio e imágenes fijas. Su estructura es más avanzada que el CD-ROM o CD de audio. Este formato es ya una tecnología vieja, a comparación de otros modelos, pero posee un gran inconveniente: el resultado final es menor que el de un DVD y sus congéneres, que se distingue algunas veces en los “pixeleados” y en los “arrastres” que presenta el movimiento. Su calidad es relativamente aceptable y cuenta con un tamaño apropiado. Usa los sistemas estándar PAL y NTSC. Si bien ninguna película original llega en este formato, su estructura hace que toda clase de cinta sea adaptable.


Un DVD puede ser grabado sin extras, copiando sólo la película, la cual puede bajarse también a través de Internet mediante páginas dedicadas exclusivamente al VCD, con catálogos impresionantes, que enseñan cómo copiarlo.Algunos sitios web ponen un decálogo de seguridad en que señalan que “cualquier persona con un programa original tiene derecho de realizar una copia de seguridad de dicho software para uso personal, en ningún caso se infringe la ley. Ayudar al usuario no es delito”. A continuación: “En ningún caso se apoya a la piratería, es más, se la rechaza frontalmente.” Advierte al interesado que si pretende utilizar su web y material como epicentro de actos ilícitos e ilegales “se equivoca de lugar, y todo mal acto que haga será responsabilidad suya, en ningún caso nuestra”. Así se libran de todo mea culpa.

El mundo de Princo
El costo “de producción” real en Lima de un disco de video pirateado o quemado oscila entre 0.50 y 0.45 dólares, y se vende a 1.5. Lo mismo sucede con los DVD piratas, cuyo costo no pasa de 4 dólares. Pero lo más lamentable es la calidad de las copias. Desventaja que no les importa a los usuarios. En el centro comercial El Hueco, Mesa Redonda o en las inmediaciones del Mercado Central, la mayoría de negocios de CD de audio piratas han cambiado su stock por cientos de VCD, a la vista de las autoridades.El despegue del VCD no sólo se debe a la creciente demanda de los reproductores de DVD, sino a la visión de estos discos en cualquier computadora con tarjeta de video. La proliferación de la venta al por mayor de discos en blanco, especialmente los de marca Miky o Princo, ultrarrayables y endebles, hace aún más barato el costo de producción. En Mesa Redonda ofertan cuatro discos a 10 nuevos soles. No hay mercadillo barrial en toda Lima donde no se vendan los VCD.

Peruanas
Un ejercicio muy usual entre los piratas de todo el mundo consiste en llevar una cámara de video oculta dentro de la sala de cine durante una película de estreno. De esta manera, los blockbusters que lideraban la taquilla en Estados Unidos, como Freddy y Jason o Terminator 3, o los filmes aclamados en recientes festivales internacionales, como Dogville, de Lars von Trier, aparecen en la red el mismo día de su estreno para que sean “bajados” y luego comercializados.

Hace unos meses, Andes Films, una distribuidora local de películas, advertía antes de la proyección para la prensa de Los ángeles de Charlie al límite que revisarían a cada periodista de pies a cabeza para evitar cualquier duda sobre el uso de alguna de estas cámaras. Ejercicio infructuoso, ya que el VCD de la cinta con Cameron Díaz ya se mostraba en improvisados anaqueles de triplay y ligas en la avenida Venezuela o en Polvos Rosados.Con esta modalidad de plagio, Polvo enamorado, Baño de damas o Un marciano llamado deseo aparecían pirateadas.

Lo mismo le sucedió a Paloma de papel, de Fabrizio Aguilar, aunque su distribución es lenta debido a un paradójico respeto hacia el cine nacional, como lo han confesado algunos vendedores. Sin embargo, El destino no tiene favoritos, de Álvaro Velarde, no ha tenido la misma suerte, ya que en la misma semana de estreno ya aparecía su versión pirateada en los conos de la ciudad.

Los defensores
Pero la masificación del VCD produce un nuevo tipo de consumidor, que al parecer ha visto en estos discos una solución económica a la escasez de buenos estrenos, que a su vez resulta una opción ante el panorama que ofrece la cartelera comercial y cultural de Lima. El repertorio se ha ampliado: desde el cine asiático hasta el latinoamericano, claro que supervisado por un “ente invisible” que selecciona a partir de los “éxitos” internacionales provenientes de los festivales o de su acogida conocida por medio de Internet. Las películas ganadoras de los palmareses en los principales festivales no tardarán en aparecer en la capital mediante esta modalidad.


Es el caso de Los lunes al sol, de Fernando de León de Aranoa, que salió pirateada en marzo gracias a los premios Goya y de San Sebastián. Aunque eso sí, es más fácil que llegue el cine coreano, japonés o taiwanés que contenga acción y violencia que las de temáticas más intimista.“Soy un comprador de VCD consciente y esto significa que jamás compraré una cinta de estreno. Los filmes que están en cartelera no los encuentras en mi casa. Soy cinéfilo desde los catorce años y me fascina el gore y las cintas ultraviolentas. Jamás veré en un multicine, ni siquiera en la filmoteca, Koroshiya 1, de Takashi Miike, o La casa de los mil cuerpos, de Rob Zombie, revela Marco Antonio Saavedra, quien asegura que comprar este tipo de cintas no le hace daño a la industria nacional.


No es novedad que en galerías Brasil haya cosas del movie Japan, de animes, del Giallo, que valen 15 ‘lucas’; mientras que un original comprado en Amazon cuesta entre 15 y 35 dólares más gastos de envío.” Para Andrea Zepilli, de 23 años, universitaria, si no fuera por algunos VCD no hubiera podido ver cintas francesas, suecas o alemanas. “He visto Spider, de Cronenberg; Lilja 4-ever, de Lukas Moodyson; o The adjuster, de Atom Egoyan. De otra manera hubiera sido imposible.”


Hugo Yépez, empleado público, sólo gasta 5 nuevos soles para ver Los tramposos, de Ridley Scott, y S.W.A.T., de Clark Johnson, aunque el vendedor le diga que se ve “bajo”, casi sepia y los subtítulos aparezcan sobre una gruesa franja negra. “Así la veo en familia. Nos gusta la acción, porque si no qué caro me saldría la cuenta. ¿Pirata? No es malo y, además, lejos están de hacer lo que hacían los piratas, ¿no?”


Jerónimo Chumpitazi, vendedor ambulante de Jesús María, dice que de esas ventas vive. “Hasta gente de la televisión que pasa por el mercado me ha comprado, muchos jóvenes, señoras, todos compran.” Otro medidor local es el Encuentro de Cine de la PUCP. De su última edición no sólo se quemaron las cintas latinoamericanas en competencia, como Kamchatka, El Bonaerense o Ciudad de Dios, sino también las muestras paralelas, como Igby goes down, de Burns Steers (actualmente en cartelera); Audición, de Takashi Miike; o Bowling for Columbine, de Michael Moore, que se estrenaron posteriormente.

Dura de matar
La piratería ha conseguido aflojar la moral de muchos ciudadanos. A mediados de la década de 1990, con la aparición de los multicines y las tiendas de video, resurgió la industria del cine en el país. Esto generó aproximadamente 2 mil puestos de trabajo, además de contribuir anualmente con 80 millones de nuevos soles al fisco y a los municipios. En la actualidad las ventas se han reducido en un 20 por ciento en los primeros seis meses del año, debido a la piratería, que ha crecido espectacularmente en ese lapso. Es decir, hasta ahora el número de espectadores ha disminuido en un 35 por ciento, casi la mitad.


Si esta tendencia continúa, desalentará la inversión en más multicines y podría quebrar la industria. Por todo ello, salas, distribuidoras de películas y tiendas de alquiler y venta de video han iniciado una campaña de difusión y apoyo a la cruzada antipiratería del Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual (Indecopi), que lleva a cabo duros y casi diarios operativos de decomiso.Esta iniciativa tiene como objetivo fiscalizar la comercialización ilegal de cintas en CD y DVD piratas, que atenten contra los derechos de autor.


Entre las acciones de esta cruzada, que busca considerar la piratería como delito, se ha contribuido a incentivar una cultura de la creatividad, asociando el rechazo a la piratería como una forma de defensa de los creadores. Asimismo, busca promover un entendimiento integral de la propiedad intelectual a favor del desarrollo económico y social del país, e informar al público tanto de los derechos y obligaciones relacionados con la propiedad intelectual como de los beneficios para el consumidor. Misión casi imposible al comparar esta nueva piratería con la del audio, que ha crecido impune y rápidamente, tanto que más de la mitad de todos los puestos que forman el centro comercial El Hueco (en la avenida Abancay) o Polvos Azules, Las Malvinas, Polvos Rosados y Mesa Redonda desaparecerían si la ley y los derechos de autor se cumplieran.
(Tomado de Identidades, Nº 52. del diario El Peruano. Enero de 2004)

Una sobre amores


Cupido histórico: entre pasiones, devaneos y trágicos enamoradizos
Esclavos del amor
Para el día de los enamorados recordamos aquellas historias que a lo largo de la humanidad, bien se merecen un homenaje a través de los versos del poeta mexicano Jaime Sabines. Aquellas palabras radicales: “sólo hay un modo de que me hagas completamente feliz, amor mío: muérete”.

Por: Daniel Contreras M. 


Hay amores que matan y amores que salvan. Amores como el suyo, como el mío, y los hay fugaces y también para toda la vida. Como aquellos que celebramos cada 14 de febrero en el día de San Valentín. Amores como el prodigado hacia Fermina Daza por Florentino Ariza, personajes de Gabriel García Márquez en el Amor en los tiempos del cólera, o aquel que por Dulcinea tuvo Don Quijote.

Los flechazos del cupido literario continúan a lo largo de millones de páginas que a través de la historia han inspirado a nuestros autores: desde el feliz –aunque finalmente trágico­– Calixto de La Celestina, hasta los adolescentes extremos de Romeo y Julieta. Cómo olvidar a Cyrano de Bergerac, a quien su larga nariz lo alejaba del amor de Rossana.

O a aquella Dama de las Camelias que con la tuberculosis a todo pulmón hacía sufrir a Armando. Oliveira tuvo su Maga; Troya fue destruida por culpa del amor de una mujer; y la enamorada Penélope hizo un tejido de ribetes casi infinitos esperando al celoso Ulises.
Como vemos, la lista es interminable, casi como aquel tejido. No sólo hay novelas, sino, poemas y canciones que de los terrenos del arte enamorado, se trasladan a la vida real.

Amores perrunos
El dicho aquel: cuanto más se sufre más se ama, parece cumplirse al pie de la letra en todos los niveles sociales y son bien conocidos los sucedidos en el entorno de la sangre azul. Quién no conoce la historia de Juana La Loca, quien amó desmedida y trágicamente a Felipe El Hermoso hasta yacer juntos en una tumba de la capilla real de Granada.

En nuestra época, no pocas veces la muerte ha sacudido los corazones nobles: Carolina de Mónaco fue separada de Steffano Casiraghi por un fatal accidente, al igual que le ocurrió años antes a su madre, Grace Kelly, quien tras morir dejó a un apenado y eternamente deprimido Raineiro de Mónaco.

De todo calibre
En el campo de la historia política, el amor hizo sucumbir a Cleopatra por Marco Antonio. Y a Hitler por Eva Braun, quienes juntos, se lanzaron a la muerte suicida. Perón también amó a su Evita y John F. Kennedy tuvo su capítulo de tragedia con la blonda Marilyn Monroe, aquella a la que nuestro Víctor Humareda idolatró hasta la última tos de su vida.

Los filósofos tampoco se quedan atrás, basta pensar en Heiddegger enamoradísimo de la nihilista Hannah Arendt. Y arribando a los terrenos del arte y la cultura, recordamos el querer intenso entre Frida Khalo y Diego Rivera. Otro pintor, Pablo Picasso en cambio, fue un demonio de Tasmania con las mujeres a quienes juró a los cuatro vientos amar, cosa dudosa: pero queda la huella de varias que terminaron dementes y a quienes se suma… una suicida. La nota musical la pone Chopin, quien con todo su desgarbo atrapó al chico-chica, George Sand.

Federico García Lorca con poemas quiso arrebatarle a Gala el amor de Dalí y el amante de la fruta verde, Lewis Carroll, vivió atormentado hasta el final de su vida por su sentir hacia Alicia Liddell, la pequeña musa del país de las maravillas.

La lista de apasionados históricos no tiene final, pero bastan estos breves ejemplos para darnos cuenta de que el amor es el motor de todas nuestras desgracias y felicidades. La maquinaria gira eternamente y cada 14 de febrero quizás simplemente le regalemos una rosa.

Es decir, este martes, muchos celebrarán el día de los enamorados, y otros, los picaflores solitarios, simplemente, el de la amistad. Así es la vida sobre la tierra.
(En la revista 5to Poder. Febrero de 2006)

martes, julio 27, 2004

Fragmento de ensayo al alimón: I. Merino

La pintura de Ignacio MerinoPor: Daniel Contreras y Juan Peralta
Curadores

Bautizado como José Ignacio María Pedro Nolasco Merino será conocido simplemente como Ignacio Merino, pintor piurano nacido en 1817, durante el gobierno del penúltimo virrey, Joaquín de la Pezuela, y que en 1850 parte hacia Francia por segunda vez, para no regresar más.

París de segunda mitad del siglo XIX fue escenario de su formación plástica: desde su taller de la rue la Clichy Nº 1, Merino veía pasar el bullir incesante de lo tecnológico y artístico de la época: a partir de 1850 comienzan los años de perfeccionamiento de la fotografía con Daguerre a la cabeza, en 1858 Baudelaire publica Las flores del mal, Darwin en 1859 saca a la luz su teoria de la evolucion, las grandes exposiciones universales así como los salones anuales de pintura convocan figuras de la talla de Courbet, Delaroche (quien fue maestro de Merino en 1853) y Delacroix. Pero Merino no tomó la senda de la experimentación y el ardor creativo, más bien optó por el trabajo académico en el cual se basa su formación europea.

El 16 de febrero de 1876, un testamentario en presencia del cónsul del Perú en Francia anotaba, entre otras cosas, que un tal don Ignacio Merino, de 59 años, con vida tranquila entre sus prójimos y ahora enfermo de tuberculosis, legaba a la capital de su país natal todos los cuadros que en ese momento se hallaban en su taller. Un mes despues, el 16 de marzo, Merino fallecía y era enterrado en el cementerio Pere Lachaise de Paris.
Fueron 33 óleos, de gran y mediano formato, los que.....

(Fragmento. En la Revista de cultura, La Casa de Cartón. Nº 21, Primavera de 2000).