Valiosa e imperdible presencia colectiva italiana en Lima
Las armas de la naturaleza
Giorgio de Chirico llamaba a la naturaleza muerta “la vida silente de los objetos”. Los cuadros de Giorgio Morandi ofrecen un panorama mediterráneo extraído del tiempo pictórico italiano.
Por: Daniel Contreras M.
Por: Daniel Contreras M.
Giorgio de Chirico también denominó la obra del boloñés Giorgio Morandi (1890-1964) como “la metafísica de los objetos más comunes”. Noción que se confirma en el trabajo de este pintor que conjugó el arte de vanguardia con la tradición de la naturaleza muerta.
Y sorpresa, una sorpresa agradable, resulta la presencia en Lima de una exposición centrada en la figura de Morandi, pero que a la vez desembarca entre nosotros pinturas firmadas por el propio De Chirico, Gino Severini y Gianfilippo Usellini, entre otras no menos importantes figuras de la plástica italiana.
La exhibición es notable en varios aspectos. No sólo es una oportunidad única para admirar la evolución pictórica durante un período (1912 y 1962) del arte italiano, sino que nos acerca a Morandi, un artista poco conocido por el público, pero que se queda para siempre. Lo reafirma el que sólo una pequeña parte de la selección pertenece a su pincel, pero ello basta para que la muestra –curada por los italianos Maria Cristina Bandera y Renato Miracco– gire alrededor de su obra y personalidad.
Sin abandonar nunca lo figurativo, Morandi es considerado el más abstracto de su generación. Creador de conjuntos fascinantes y silenciosos, su carrera tuvo una lenta maduración en el estilo. En su juventud, antes de hacer su obra más propia, estuvo cerca del cubismo, el futurismo y la pintura metafísica de sus compatriotas Carrá y De Chirico. Después siguió en solitario.
Universo de naturalezasDel rigor formal a las formas seductoras, el universo de sus naturalezas muertas se compone de fondos lisos y objetos –botellas, tarros, tejados, bodegones– contorneados con un cierto esfumato, pero pintados en colores pálidos mediante un destacable uso de la luz.
Se creó, por todo ello, fama de tímido y humilde. Hasta hoy, se dice que no era consciente de la importancia de su trabajo. El maestro De Chirico, el más conocido de su generación, pero a la vez el más acérrimo admirador de la obra de Morandi, tuvo muchas definiciones para los trabajos de éste. Es su natal Bolonia la ciudad en que transcurrió toda su vida artística.
Llegada una época en su existencia, ya con la fama adquirida con los años, Morandi prefirió recluirse junto a sus tres hermanas solteras en el estudio que tenía en esta ciudad, a fin de que nada perturbara su trabajo. Solitario, pintor de las cosas modestas, ello no impidió que se convirtiera en la más alta expresión de la naturaleza muerta en Italia.
Esta exposición itinerante ha llegado al Perú gracias a la Embajada de Italia y el Instituto Italiano de Cultura. Las obras de Morandi vienen acompañadas con algunas de los más importantes artistas italianos del siglo XX: dibujos y grabados de De Chirico, Carlo Carrá, Gino Severini, Gianfilippo Usellini, Francesco di Cocco y Filippo de Pisis, entre otros plásticos no menos interesantes.
La notable exposición Giorgio Morandi y la naturaleza muerta en Italia constituye un acontecimiento que no debe pasar inadvertido. Y propicio es, además, para disfrutar de la pintura –sensación que ya casi se extraña entre nosotros– y para reflexionar sobre ella.
El espíritu de Morandi sigue pintando. Solitario como en vida y preocupado por captar lo mejor de la luz y la inmanencia de los objetos, continúa haciendo bocetos mientras repite como una condena: “Sigo creyendo en el arte por el arte. Nada es más abstracto que la realidad".
(((Recuadro)))
Giorgio Morandi y la naturaleza muerta en Italia. Galería Juan Pardo Heeren (Jr. Cusco 446, Lima). Hasta el 30 de abril de 2006.
Giorgio Morandi y la naturaleza muerta en Italia. Galería Juan Pardo Heeren (Jr. Cusco 446, Lima). Hasta el 30 de abril de 2006.
(Suplemento Identidades Nº 105, diario El Peruano. 3 de abril de 2006)
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