Thursday, July 27, 2006

Diez años de videoarte y fotografía en el Perú


La década itinerante
Años atrás, algunas voces afirmaban que el video no tenía atisbos de aceptación en nuestro medio y que la fotografía no aseguraba su carácter comercial. Hoy parece que la historia –y el rápido ritmo de sus cambios– nos han deparado mejores rumbos, lo cual es comprobable al ver el interés existente en torno a estos géneros y a sus híbridos en el campo del media art. O apreciando cómo hace 25 años en el Perú existían pocos antecedentes de videoarte, y cómo actualmente éste ha logrado una rápida aceptación, aunque algo tardía, respecto a países vecinos.
Por: Daniel Contreras M.

Muchas horas de edición han pasado desde la década de 1970, cuando algunos artistas, como Rafael Hastings, Francisco Mariotti y Esther Vainstein, fueran construyendo las bases para el desarrollo del video peruano, penetrando en los distintos caminos que el género ofrece, muchas veces entrecruzados con los de la fotografía, y optando por estas corrientes que finalmente transformaron los conceptos artísticos imperantes durante esa década de turbulencia social y política en el país. Para ello, ha sido necesario avanzar desechando comentarios como los del “entendimiento” o no por el público sobre las obras de videoarte.
Ha sido preciso sembrar en el espectador la posibilidad del descubrimiento, de la nueva experimentación, a fin de consolidar estos géneros “impopulares”. Y gracias a varios esfuerzos, algunos ya agotados y otros nunca suficientes, Lima ha recibido en distintas ocasiones la obra de iconos como Nam June Paik (el celebrado padre del arte electrónico y del video), Bill Viola, Gary Hill, Antoni Muntadas o Gianni Toti, entre otros, y contar con eventos como un festival internacional de video.

2005: con ojos de video-tape
Así, a lo largo de los últimos años, algunos artistas, jóvenes en su mayoría, se fueron alejando de las tradiciones pictóricas y fotográficas, derivando hacia el video, y otros transitaron por éste como por un género de paso. El resultado: un panorama de propuestas solventes y de otras que rozan lo anecdótico, ésas que dejan en la audiencia la noción de que los medios electrónicos no son más que un elegante juguete nuevo, simples lápices pertenecientes a la retórica del high-tech. Ante ellos, los curadores José-Carlos Mariátegui y Miguel Zegarra han intentado una “depuración” del paisaje, resultando Vía satélite, muestra inaugurada recientemente en el centro cultural de España, que incluye la producción de 22 artistas peruanos del videoarte y la fotografía que, en cierta manera, se diferencian de otros por marcar un compromiso de mayor seriedad respecto al discurso elegido.

Señales desde Lima
Vía satélite –que recoge obras de creadores como Roger Atasi, Angie Bonino, Rafael Besaccia, Iván Esquivel, Diego Lama y Andrea Miranda (la mayoría nacidos durante la década de 1970)– se presenta como algo más que el “refrito” que pudiera parecer, pues como informa uno de los organizadores, esta zona escogida de nuestra historia del arte en breve iniciará viaje hasta 2006, gracias a la coproducción con diversos centros e instituciones culturales internacionales, por salas de Montevideo, México D.F, San José, Panamá, Santo Domingo, La Habana, Buenos Aires, Sao Paulo y Madrid. A la búsqueda de puntos en común con el mundo.

(((Recuadro)))
José-Carlos Mariátegui: una memoria crítica en video
Tras precisar que una gran parte de la generación de artistas del new media art peruano de la década pasada tuvo una formación casi informal, pero fuertemente motivada por una situación política y social tumultuosa, tanto en el país como en las escuelas públicas de arte, José-Carlos Mariátegui afirma que ello fue también un problema, pues faltaron bases sólidas, lo cual motivó finalmente la salida del país de muchos de éstos.
“Si bien las generaciones más jóvenes ya ven el videoarte como algo natural, el problema que hay en el país es que sigue faltando un contexto educativo propio, por ejemplo, ninguna escuela dicta estudios formales en nuevos medios.”
Sostiene, además, que ello genera que esté saliendo gente que cree estar haciendo las cosas bien. “Ante eso es mejor la formación que tuvieron los chicos de la década pasada.” Refiere que los cambios suscitados en la sociedad peruana, ante los graves problemas de corrupción que imperaron, tanto en las altas esferas políticas como en las administraciones educativas, puede también llegar a ser un grave problema para la creación.

“Sólo por poner un ejemplo, ahora que Bellas Artes, donde existe una cantera interesante de videoartistas, se ha reestructurado lo cual es positivo. Es también un inconveniente, pues antes había este problema de la corrupción que hacía que la gente buscara en las calles y encontrara cosas nuevas.” Detalla, asimismo, que las escuelas no permiten ahora ese tipo de producción (y si lo permiten, lo hacen de manera limitada).
“Ahora que no hay tanta crisis, que las cosas se han limpiado, no podría decir hacia dónde vamos respecto al video arte. El concepto de crisis de hace diez años propició un ambiente estimulante e interesante. Lo que nos trae un contexto como el actual es una mirada mucho más estética y mucho menos crítica. Ése es a mi criterio un problema, pues acá, lo que hay que fomentar, es la memoria crítica.”

(Suplemento Identidades, diario El Peruano. Nº 85. 23 de mayo de 2005)

2 comments:

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